Segunda entrada de la serie de posts en la que analizamos algunos importantes errores de estrategia de marketing a evitar (parte 2).
No diseñar una planificación
En marketing nos enseñan a planificar. Aunque esto no garantiza nada, ya que el actual entorno BANI se encarga de mover cualquier variable en cualquier momento. Pero la planificación siempre es un comodín que podemos adaptar con el objetivo de saber hacia dónde vamos.
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Normalmente, cada acción exitosa ha sido planeada
De nada sirve el marketing si no hay un objetivo que cumplir. Es importante que podamos definir hacia dónde quiere quiere dirigirse nuestra marca. Para marcar el rumbo, es necesario planificar. Es cierto que en algunas ocasiones lo inesperado nos puede aportar grandes oportunidades, pero seguramente lo inesperado no siempre ocurre.
Tampoco podemos esperar a que nada ocurra, sino que es mucho mejor actuar para provocar que ocurra. En eso consiste la planificación, en hacer lo posible para que los objetivos que nos planteamos puedan darse.
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Misión y visión son la guía de la planificación
Las razones del marketing siempre deben ir de la mano de la misión y de la visión de la marca. La misión se enfoca en lo que somos por dentro, definiendo la esencia y el por qué de la existencia de la marca. Es lo que define el propósito u objetivo orientado al ahora, en el corto plazo.
Por su parte, la visión tiene un enfoque de largo plazo. Es decir, en ella se define el camino que debe seguir la marca para alcanzar sus objetivos. Todo ello, bajo una perspectiva externa, teniendo en cuenta el contexto y sus constantes cambios, analizando cómo debe adaptarse en el largo plazo.
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