Hoy arranco una serie de ocho post en los que vamos a hablar de estímulos. Empezamos hablando sobre estímulos y su influencia en la estrategia de marketing: Internos.
Cuando hablamos de estímulos internos nos estamos refiriendo a todos los que son generados y sentidos en el interior del organismo del individuo.
Por tanto, hablamos de estímulos que van desde lo interior hacia el exterior, lo que significa que solo el propio individuo puede ser consciente inicialmente de ellos.
Como ejemplos de estímulos internos podemos hablar de la sensación de hambre, la sensación de sed, la sensación de sueño, la sensación de cansancio, cualquier tipo de malestar, un posible picor en alguna zona concreta o la intención de ejecutar una tarea concreta, entre otros.
Si nos llevamos este planteamiento al escenario del marketing, podemos comprobar que existen multitud de productos y servicios que están enfocados a dar respuesta ante necesidades provocadas por los estímulos internos.
Dado esto, vayamos un poco más allá focalizando en el concepto y en la respuesta que puede dar una marca ante una de las variantes de estímulo interno.
Por ejemplo, para la sensación de hambre podría ser interesante pensar en cómo generar esta sensación y que sea tu marca la que la ha provocado, a la vez que pueda dar una respuesta lo más inmediata posible para que ninguna otra marca aproveche la oportunidad generada por ella.
En cuanto a la idea de ejecutar una tarea concreta, ¿qué tal pensar si nuestra marca es capaz de provocar que un individuo pueda llevar a cabo una acción concreta sin darse apenas cuanta?
No estaría nada mal, ¿cierto?. Se trata de sencillos pensamientos en los que cotidianamente apenas pensamos, pero que están ahí esperando que las marcas puedan seguir generando nuevos escenarios. Piensa en ello.
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