En el post de hoy hablaremos sobre estrategias de marketing basadas en la confianza. Es importante destacar el papel de la confianza tanto en la transparencia que muestran las marcas de cara al consumidor como en la generación de confianza por parte de las marcas hacia la propia personalidad del consumidor.
Esta variable presenta tres dimensiones: la conductual, la cognitiva y la afectiva. Cada individuo posee sus propias expectativas en función de sus capacidades, limitaciones y posibilidades, además de la percepción subjetiva que tiene del entorno.
Por parte de las marcas, la confianza del consumidor debe ser ganada, no comprada ni obligada. Si no se convierte en un vínculo verdadero no funcionará.Podemos ver como ejemplos de ello algunas marcas que se mueven en la nueva economía digital, como Airbnb, BlaBlaCar o Uber, que están de forma constante expuestas a la interacción en tiempo real por parte de los usuarios digitales. Para estas marcas, generar confianza es un reto incuestionable.
Del vínculo de confianza generado con su público dependerán directamente sus éxitos y sus fracasos como marcas
Por otra parte, existen marcas cuya estrategia es aportar un impulso de autoestima a su perfil de consumidor objetivo. El ejemplo más claro y del que ya hemos hablado en otras ocasiones en este blog es la marca Dove.
Mensajes como su enfoque de belleza real en personas comunes alejadas del arquetipo de belleza perfecta son un intento de acercamiento con su público objetivo.
Pero esto no puede quedar solo en palabras, sino que tiene que pasar a hechos reales. El compromiso de la marca ha de extenderse allá donde tiene presencia, además de estar constantemente preocupándose de cuáles son los problemas latentes dentro de esta variable, como podemos descubrir en sus numerosas campañas emocionales.
La confianza es un intangible complicado, pero muy necesario para que una marca alcance valores sostenibles con su público.
Photo credit: moritz_junge