Quinta y última entrada de la serie de posts sobre las 5 etapas del pensamiento critico: Evaluación de todos los argumentos.
El último paso para lograr un buen razonamiento crítico es profundizar en la evaluación de los argumentos.
Para ello, hablaremos de 3 aspectos absolutamente claves: asunción, razonamiento y omisión.
Asunción
Una asunción o suposición es una razón implícita en un argumento que se garantiza como verdadera.
El primer paso para evaluar un argumento es determinar si se trata de una suposición o conjetura y si dicha suposición está garantizada o no.
Una suposición garantizada es aquella que es conocida de ser verdadera y es razonable aceptarla sin requerir otro argumento que la soporte.
5 etapas del pensamiento critico: Evaluación de todos los argumentos
Razonamiento
Es interesante pensar en la relevancia como una medida de calidad del razonamiento y la suficiencia como una medida de la cantidad de razonamiento efectuada.
Los buenos argumentos deberían tener ambas, es decir, calidad (relevancia) y cantidad (suficiencia).
Omisión
Un argumento convincente es aquel que está completo.
Es decir, es aquel en el que se dan todas las evidencias o razonamientos relevantes y no únicamente las que apoyen el argumento en una determinada dirección.
Aquellos argumentos que omiten pruebas relevantes pueden parecer más fuertes de lo que realmente son.
Este es el paso final para la evaluación de los argumentos.
Se trata de determinar si existen evidencias o pruebas importantes que hayan sido omitidas o eliminadas.
Algunas veces esto sucede sin intención clara, por descuido o incluso por ignorancia.
Pero, con demasiada frecuencia, suele ser por un acto intencionado.
Con este último post hemos visto estas 5 etapas del pensamiento crítico, que nos ayudan a entender la dificultad que éste conlleva.
Lo más fácil es dejarse llevar, ejercer el mínimo esfuerzo y seguir a la mayoría.
Pero el pensador crítico se revela ante esto para llegar a ser lo que de verdad desea ser.
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