Hoy concluimos el periodo navideño, que como siempre llega plagado de tradiciones. Hoy, por tanto, es un día perfecto para hablar de la lucha de la evolución versus tradición.
Como ya hablé en un post anterior, Evolución versus involución, soy muy fan de la evolución como detonante del progreso. Respeto enormemente las tradiciones, pero como decía en ese post me preocupa y mucho que nuestra generación también sea capaz de crear.
En ningún caso, desde mi punto de vista, una tradición debe ser una barrera de la evolución. Para que esto ocurra necesitamos altas dosis de sentido común, pues las tradiciones pesan y mucho, pero siempre podemos darnos una oportunidad para pensar que pasaría si probamos a variar algo, a introducir algo nuevo o a dar un paso al frente para observar si obtenemos algún resultado diferente y altamente satisfactorio.
Sin evolución no hay progreso y entraríamos en la involución
Tampoco se trata de cambiarlo todo, ni de cambiar por cambiar, sino de dar la oportunidad a quienes también tienen mucho que decir en este mundo.
La Navidad, como decía al inicio del post, es una época llena de elementos tradicionales y emotivos, pero también necesita de ese aire fresco e innovador que renueve lo que somos hoy en día, sin necesidad de generar ningún cambio traumático, pero si de aportar pensamientos e ideas en las que nuestra generación pueda dejar su huella.
Santa Claus, Nochebuena, Día de Navidad, Nochevieja, Día de Año Nuevo o Día de Reyes (precisamente hoy) están clamando a gritos algún aporte de creatividad e innovación, por supuesto sin necesidad de resquebrajar nada. Es hora de pensar si dados los recuerdos y experiencias de esta reciente Navidad podemos plantear desde ya qué podemos proponer de cara a la próxima.
Sea como sea, espero que hayas tenido unos bonitos días y que empieces este nuevo año a tope.
Photo credit: human-after-all
