En mi pasado viaje a la ciudad de Medellín (Colombia) tuve la oportunidad de sentir algunas vivencias muy intensas y humanas. Hoy quiero contaros una de ellas: nuestra experiencia vital en FUNATI Medellín.
FUNATI, Fundación Aliada para Ti, es una organización sin ánimo de lucro dedicada a la atención integral de niños y niñas de cinco a diez años de edad en situación de abandono. Realizan un trabajo social descomunal, donde palpas que los sentimientos están tan expuestos que casi puedes tocarlos.
Su misión es el restablecimiento de los derechos de los niños, con el fin de potenciar sus capacidades e insertarlos en una red de apoyo que garantice el desarrollo efectivo de su proyecto de vida, cuidando de su salud, educación, nutrición, recreación y socialización.
Era sábado por la mañana y acudía junto a mis compañeros Camilo Vera, Paco Lorente y David Juárez. Allí nos encontramos con una de esas personas con un corazón de oro, Fernanda Amarilla (grande amiga!). Uno nunca está preparado para enfrentarse a realidades como esta, a sentir emociones y contrastes por un lado duros e impactantes y por otro sorprendentes y llenos de cariño.
Los niños, y estos de forma muy especial, siempre son capaces de aturdirte, de sacar lo mejor de ti mismo, de hacerte ver las cosas de otra manera. Lo que se siente en pocos minutos allí no tiene comparativa. Sientes que tu alma primero se encoge, se hace pequeña ante lo que ves y escuchas, para después empezar a crecer ante la demostración de amor, fortaleza e inquietud de personitas capaces de dar un vuelco a tus pensamientos y a tu propia vida.
Estar en Fundación FUNATI fue una experiencia inolvidable
Fue algo que te hace crecer como ser humano. Donde pasas en el plano de los sentimientos de un lugar a otro en cuestión de segundos. Sin duda, viajamos emocionalmente en mente y corazón con una intensidad que deja huella.
Quiero dar las gracias expresamente a la marca de calzado infantil y juvenil Eli 1957, de mi ciudad Villena, que nos cedió varios pares de sus maravillosos zapatos para entregar a cada uno de los niños de la Fundación, quienes los recibieron como auténtico oro.
Imposible no acordarnos de sus caras, sus sonrisas, sus expresiones, su agradecimiento, su felicidad. Para ellos fue especial, para nosotros algo que no tiene precio. La vida se entiende cuando sientes momentos como estos. Gracias a Eli 1957 por este detallazo, por ayudarnos a hacerlo posible y dar motivos de alegría a quienes tanto lo necesitan.
Photo credit: KV Marketing