Lo que el fabricante cree versus lo que el consumidor percibe

Hoy quiero hablaros de otra de eses dualidades que tanto me gustan, en este caso sobre lo que el fabricante cree versus lo que el consumidor percibe.

Ya lo he comentado en alguna ocasión en este blog, aunque hoy quiero incidir y profundizar en el tema. Desde el punto de vista de un fabricante suele haber mucha obsesión por cuidar la calidad del producto, funcionalmente hablando, pero quizás no tanta por comunicar estas bondades cualitativas eficientemente.

Existe una brecha muy importante entre lo que realmente es y ofrece un producto y lo que realmente llega a percibir un consumidor, sobre todo en productos de cierto nivel cualitativo.

No bastan las palabras. Sigo viendo que constantemente muchas marcas con tradición siguen enfocadas a contar su antigüedad, su origen, su saber hacer, su tradición, etc.

Lo que el fabricante cree versus lo que el consumidor percibe
Lo que el fabricante cree versus lo que el consumidor percibe

Y eso está bien, es relevante, pero no imprescindible. Creo que es momento de dar el papel de actor secundario a todos estos elementos, que deben estar, pero que no deben enturbiar ni ser los protagonistas principales.

Cuando un consumidor se enfrenta a un momento de la verdad en la decisión de compra, es muy probable que otros elementos muy diferentes a todo esto ejerzan una influencia definitiva en su reacción final y, por tanto, en su decisión final.

Existen productos memorables, como por ejemplo un aceite de oliva virgen extra. Imagina la situación: un consumidor en un punto de venta gourmet, donde ese aceite compite en vivo y en directo con otros aceites fantásticos por irse con dicho consumidor a su casa.

¿Acaso probará el aceite en ese momento? ¿Acaso le importa al consumidor cuántos años de experiencia tiene esa marca? ¿Acaso e importa al mismo que haya sido elaborado con la mejor tecnología?

En ese momento, en un punto de venta donde tus principales competidores están junto a tu marca siendo una opción más, el consumidor presupone que todo eso se cumple. Por ese motivo, en ese momento, el consumidor quiere más.

Quizás sobran palabras y falta arte en el packaging, por ejemplo, como primer elemento de conquista verdadera entre una marca y su consumidor objetivo. Amor a primera vista, le llaman.

A partir de ahí, ¿qué tal profundizar con un buen storytelling del producto?

Ahí radica la clave. ¿Qué más podemos darle? Te toca pensar, pero este es el camino.

Photo credit: gourmedia

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