Hoy os traigo un interesantísimo concepto conductual denominado Flygskam, la nueva corriente nórdica que muestra la vergüenza de volar.
Como sabemos, cada día nos podemos sorprender con nuevos escenarios en este mundo tan veloz y cambiante.
Somos los propios seres humanos quienes a través de nuestras conductas marcamos ciertas tendencias, que pueden llegar a convertirse en una moda.
Dado este punto, te invito a consultar este post en el que hablo sobre la diferencia entre novedad, tendencia, y moda (clic aquí para leer).
Esta nueva corriente denominada «flygskam«, traducida de forma literal como «vergüenza de volar» está empezando a contar con adeptos.
Parece que en Suecia, sus ciudadanos y ciudadanas están mostrando un hábito de cambio a la hora de elegir transporte, siempre que sea posible.
Dado que se ha empezado a comentar que los aviones son muy contaminantes, algunas personas optan por otras alternativas al parecer mas eficientes.

Flygskam, nueva corriente nórdica que muestra la vergüenza de volar
Puede parecer algo por el momento irrelevante, pero ya sabemos que este tipo de conductas pueden «viralizarse» y llegar a otros países.
Por ejemplo, todos sus países vecinos nórdicos, con los que comparten ciertos estilos de vida.
Se dice que en el país de Ikea ya existen unos primeros datos del primer trimestre de 2019 sobre una caída del 5% en el tráfico aéreo.
Habría que analizar minuciosamente si este descenso es debido, en parte a esta nueva corriente.
Los datos de emisiones, por su parte, son contundentes. En un avión cada pasajero representa una emisión de 285 gramos de dióxido de carbono a la atmósfera.
En un tren esta cifra baja a tan solo 14 gramos de CO2.
Es interesante pensar que aunque la decisión de seguir esta corriente es personal, hay ciertos perfiles que influencian sobre el Flygskam sumando mas cantidad de personas.
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