Hoy os traigo un clásico ineludible dentro del mundo del branding: Identidad de marca versus imagen de marca.
Son dos términos ampliamente utilizados cuando nos referimos a una marca y que solemos confundir con asiduidad.
Para matizar desde el inicio sus diferencias, vamos a irnos al origen conceptual de cada uno de los términos.
Cuando hablamos de identidad lo hacemos acerca de aquellos rasgos que son propios y personales de algo o de alguien, cosa que le diferencia de los demás.
En cambio, cuando hablamos de imagen lo hacemos sobre aquellos rasgos de algo o de alguien que son percibidos por los demás.
Identidad es lo que pretendemos comunicar e imagen es lo que transmitimos realmente al público
Coloquialmente, solemos mezclar o confundir esta terminología y muchas veces, sin saberlo, nos referimos a la identidad corporativa como imagen y viceversa.
Para fijar una definición sencilla de ambos conceptos, podríamos decir que la identidad de marca es el conjunto de elementos que son característicos y personales de una marca (lo que realmente es), mientras que la imagen de marca es la percepción que tiene el público acerca de lo que proyecta una marca (lo que se piensa de ella).
Desde el punto de vista de una marca, es importantísimo tener muy claro en todo momento ambos aspectos. Obviamente hay uno que podemos controlar, la identidad de marca como aquello que queremos ser, y otro no controlable, la imagen de marca como aquello que creen que somos.
Esto ocurre para todo tipo de marcas, es decir, de empresa, de producto, de servicio, de territorio, de personas, etc. La diferencia es muy sencilla, lo que no es tan sencillo es trabajar lo mejor posible en ambos aspectos, ya que siempre existe esa parte no controlable que puede llevarnos de cabeza.
Photo credit: Doug Wheller
