Imaginación. Un concepto que me encanta, que sigo analizando día tras día. La imaginación en la estrategia de marketing es ilimitada y consigue retroalimentarse de sí mismo constantemente.
La imaginación nos transporta a estados mentales sugeridos, sugestionados, creativos, modificables, emocionales… y seguiría infinitamente citando sensaciones.
Este concepto nos distingue como seres humanos del resto de seres vivos que existen. Es una dotación intrínseca que no deberíamos subestimar y que sí deberíamos usar al límite.
Sir Ken Robinson, en su obra El Elemento, la define como “el poder de evocar cosas que no están presentes en nuestros sentidos”. Bellísima definición del concepto.
Quizás te interese enlazar con este post anterior relacionado con el concepto: La imaginación y la modificación de recuerdos.
Envidio sanamente la capacidad innata, poderosa e ilimitada que posee la mente de un niño en cuanto al uso que da a su imaginación, pero no solo eso, pues en ellos lo más importante, quizás, sea que mantienen una confianza asombrosa en ella constantemente (otra cita de El Elemento).
Conforme crecemos, la mayoría de nosotros va cesando el ritmo y la constancia en la confianza que tenemos en la imaginación. Analizando esto me invade la nostalgia y me niego a dejarme llevar por esta corriente.
Ya lo decía Albert Einstein: “la imaginación es más importante que el conocimiento”
Imagina por un instante que estás ante un cuadro que muestra cualquier tipo de escena de difícil comprensión. Los adultos buscaremos en el aquellos motivos que nos den respuestas racionales, focalizando en un análisis global seguramente.
Ahora bien, si a tu lado hay un niño y le preguntas lo que percibe en ese mismo cuadro, seguramente focalizará en elementos individuales que le provoquen microhistorias basadas en su imaginación. La diversidad de respuestas puede resultar inimaginable.
Además, si no es posible encontrar elemento individuales, será muy probable que gracias al poder de la imaginación y de la confianza que tendrá en ella nos devuelva una respuesta irracional pero que no será ni más ni menos que una percepción asombrosa, un punto de vista diferente, fresco y del que podemos aprender mucho.
La imaginación es maravillosa y está llena de belleza.
Photo credit: Jennalee Auclair
