Hoy os traigo un ejemplo que pretende revolucionar la alimentación: Impossible Foods, la carne sin carne con sabor a carne.
El proceso me recuerda a una especie de reordenación (técnicas de marketing lateral).
Te invito a leer un post sobre la reordenación (clic aquí para leer).
Impossible Foods, la carne sin carne con sabor a carne
Partiendo de la premisa “¿qué hace que la carne sepa a carne?” Impossible Foods coge todo lo necesario de las plantas.
Pero no solo eso. Han logrado que el impacto medioambiental sea reducidísimo, todo lo contrario que con la carne animal.
La carne forma parte de nuestra vida cotidiana, seguramente incluso en muchos momentos especiales.
Pero lo que plantea Impossible Foods (por cierto, el naming mola mucho) es dejar de usar animales buscando un sistema sostenible.
Es tal el impacto que la empresa está logrando que incluso una de las marcas mas conocidas del mundo ha optado por experimentar con su carne.
Burger King ha decidido incluir en su nuevo menú las Impossible Burger.
Un producto de segunda generación con un recorrido de futuro verdaderamente potente.
Hay que decir que la compañía fundada por Patrick Brown cuenta entre sus principales inversores con Bill Gates, dueño de Microsoft.
Esta carne artificial de laboratorio está compuesta principalmente de proteínas, grasas y nutrientes que proceden de plantas.
El elemento principal y clave en todo su proceso es la hemoglobina de soja. Este ingrediente es también conocido como Heme.
Impossible Foods logra conseguir la hemoglobina de soja gracias a los nódulos de la raíz de la planta.
Ahí se encuentra una proteína llamada leghemoglobin. La molécula tiene presentes átomos de hierro. Esa es la clave para que el producto tenga el sabor a sangre.
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