Creo que habrás oído hablar bastante de los famosos influencers. Pues bien, dentro de esta corriente hoy quiero hablarte de algo que me encanta y que mis alumnos conocen muy bien: la estrategia del puto amo.
Suena un poco agresivo, casi insultante, pero lo digo con cariño. Ya sabes que cuando le dices a alguien que es el puto amo, en realidad le estás lanzando un piropo.
Cuando estamos bajo un enfoque estratégico, de análisis del comportamiento del consumidor, me gusta plantearme esta estrategia, ya que además de divertida es fascinante y suele tener mucho sentido en la mayoría de casos.
Primero vamos a diferenciar entre los influencers (a gran escala, personas que poseen un nivel de influencia en grupos infinitos de personas) y los «putos amos«, a quienes yo personalmente identifico (insisto es un planteamiento casero) con aquellas personas con un nivel de influencia grande pero en grupos finitos. Si no te convence la distinción lo respetaré, al fin y al cabo son mis pensamientos y te los comparto para que tu decidas, como siempre, si tiene sentido.
El puto amo es alguien cercano, alguien a quien puedes incluso conocer, alguien que tiene influencia tangible y a quien puedes tener a mano.
Me resulta atractivo analizar los porqués del éxito de los «putos amos» en grupos finitos. Éstos son más accesibles a la hora de estudiarlos y analizarlos que los grupos infinitos. A su vez, nos permite conocer mejor muchas variables súper interesantes relacionadas con la conducta del consumidor o usuario más cercano. La idea es aprender como extrapolar este comportamiento hacia grupos más grandes y, por qué no, infinitos.
Si queremos incidir directamente a un influencer puede que se nos escape mucha información cualitativa, cosa que es muy probable que si podamos visualizar con los «putos amos» en grupos más reducidos.
Y, ¿qué hace el puto amo? Lo primero, ganarse el apodo
Destacar, conversar, seducir, imponer su criterio o tendencia. Es relativamente fácil en grupos finitos poder descubrirles y probablemente habrá más de uno.
Ahora no queda meditar el por qué la gente sigue su modelos de comportamiento, le imita, le escucha, se deja seducir por su opinión, etc. Creo que ahí está la esencia que nos permite entender, según el caso, cómo se comportan los grandes influencers y de ahí podamos pensar en las estrategias adecuadas para llegar a ellos.
En resumen, ir de David a Goliat, empezar desde abajo, analizar con sentido. Puede que si queremos ir directamente al todo nos quedemos en el nada.
Photo credit: Blog Eloqua & Los Becarios