La intimidación en la estrategia de marketing

Intimidación. Qué palabra. Creo que por si misma ya intimida, imagina pues su alcance. Vamos a hablar de la intimidación en la estrategia de marketing.

La palabra hace referencia al acto de provocar que otras personas hagan lo que uno quiere mediante un estado emocional muy conocido: el miedo.

Sus manifestaciones son diversas, pudiendo proyectarse entre otras como una especie de amenaza física, miradas inquietante, cierta manipulación emocional, potencia verbal, intento de humillación, etc.

Se trata de una conducta que surge como consecuencia de la competitividad. Desde niños, cuando hemos ido aprendiendo a conocer y manejar el entorno, hemos empezado a intimidar a nuestros amigos, hermanos, padres, etc. con el objetivo de alcanzar un logro, por pequeño que este sea.

La intimidación en la estrategia de marketing
La intimidación en la estrategia de marketing

Es un elemento que puede emplearse de manera consciente o inconsciente

En el plano consciente, seguramente tendremos un origen en cuanto a la apropiación de una idea, concepto o pensamiento que queremos imponer a los demás. En el plano inconsciente puede que en ese momento estemos ante una situación no habitual en el que nuestro plano emocional se ve desbordado y optamos por esta salida como válida.

Hay marcas que en ocasiones pretenden intimidar y para ello podemos diferenciar entre dos vertientes: la intimidación hacia otras marcas o la intimidación hacia los consumidores.

En la primera de ellas, la intimidación hacia otras marcas, podemos ver numerosos ejemplos en los que alguna marca pretende imponerse con algún atributo concreto ante sus competidores, quizás desprestigiando a alguno de ellos (probablemente el principal) o a la globalidad de los mismos.

En la segunda de ellas, la intimidación hacia los consumidores, se pueden correr riesgos importantes.

Esa intimidación ha de tener una solución de perfil amistoso o divertido, es decir, ha de tener una sucesión inmediata que transforme la llamada de atención inicial intimidatoria con una solución que relaje el nivel de intensidad y finalmente provoque una reacción positiva. Si no ocurre así, el rechazo hacia la marca puede ser altísimo.

Photo credit: Ashley

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