La cara visible de la adversidad: los aversi

¿Te consideras un aversi? Espero que no! Ya hay demasiados y demasiado cerca de nosotros. Para mí son la cara visible de la adversidad. Reconozco que alguna vez en mi vida he podido caer bajo el influjo de los aversi, incluso me atrevería a decir que todos lo hemos hecho, aunque hay algunos que predican constantemente con este modelo.

Al fin y al cabo el ser un aversi es un estilo de vida, un modo de comportarse, una razón de ser. Los aversi (término de producción casera, aunque puede que ya exista, no lo sé) son aquellas personas pasivas que esperan que la situación mejore como por arte de magia o como por arte de los demás, pero sin mover un solo dedo para hacer que algo cambie.

Seguro que te suenan estas típicas frases: «a ver si esto mejora» o «a ver si el mes que viene…» o «a ver si… lo que sea!»

La adversidad vive permanentemente en ellos, pero lo peor de todo es que esa actitud negativa consigue en muchos casos manchar de pesimismo a otros.

Tu eliges: positivo o negativo
Tu eliges: positivo o negativo

Ya he dicho en este blog algunas veces que nadie va a solucionarte nada hoy, nadie va a regalarte nada, nadie va a perder el culo por ti. Hoy tu y solo tu tienes la llave que abre tus puertas a la acción y que a la vez cierra de portazo la actitud aversi.

Ser un aversi no mola

Estamos viviendo la época más competitiva de nuestra historia, asúmelo y a la vez disfrútalo.

Yo creo que no debemos dejarnos llevar ni un ápice por este tipo de actitud. Estamos en la vida para todo lo contrario, ¿no crees? Por eso te pido que ni siquiera cuando vayas a quedar con alguien con quien hace tiempo que no coincides digas el típico «a ver si nos vemos» o «a ver si quedamos».

Si esto te ocurre, por favor, acuérdate de este post y reacciona para decirle a esa persona y al mundo: «nada de aversi, cuándo, dónde y cómo nos vemos, pues tengo ganas de verdad de compartir contigo».

Recuerda que tu tienes las llaves de la acción para cambiarlo todo.

Photo credit: ishtar olivera

9 comentarios

  1. En un momento hay que ver la cantidad de personas que han salido en mi mente. Personas que esperan aversi, y como bien dices intentan meter el miedo y aconsejar a que esperes mejores tiempos.

    Yo en este caso concreto de los aversi mes considero adversi (contrario a esa opinión), puesto que no puedo parar de intentar encontrar cual es la mejor oportunidad, formarme y al mismo tiempo ver que hay todo un mundo repleto de oportunidades e intentar aprovecharlas.

    Lo bueno de lo malo de esa forma de pensar es que los adversi a los aversi tenemos mucha menos competencia y por lo tanto mayores oportunidades.

    Me encanto el post, me hizo reflexionar, pensar, recordar y rayarme un poco jejejeje.

  2. Grande Raul, me ha encantado tu reflexión sobre esto, el concepto parejo de #adversi y que cierto es lo de la competencia, jajaja, muy bueno amigo!! Un abrazo!!

  3. Reconozco que he sido muchas veces un aversi, pero desde hace un par de años que intento identificar todos mis momentos aversi y los momentos en que procrastino para no dejar pasar ni uno y ponerme manos a la obra enseguida!!.

    Me encanta amigo!!! Abrazote!

    Nos vemos pronto.

  4. ¡Qué gran reflexión! Y es que muchas veces nuestra forma de expresarnos y combinar las palabras es un claro reflejo de cómo interpretamos las circunstancias y nos enfrentamos a los retos diarios.

    Yo muchas veces hablo de los «esquerosos»: «es que no he podido», «es que no he tenido tiempo»…

    «Aversi» y «esquerosos», especies (espero) en peligro de extinción.

    Gran post, Fran!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información base sobre privacidad:
- Responsable: Francisco Torreblanca (fran@franciscotorreblanca.es)
- Fin del tratamiento: Moderación de comentarios para evitar spam
- Legitimación: Tu consentimiento
- Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal
- Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido

Comparte este artículo

LinkedIn
Twitter
Facebook
Email
WhatsApp