De todos es conocido que el comportamiento de chicos y chicas entorno a la ropa es bien distinto. Leyendo un artículo esta semana se me ocurrió escribir sobre la curiosa relación entre los hombres y su ropa.
Generalizar no es bueno, pero en estos casos y para que nos entendamos mejor lo haré, aún a sabiendas de que hay numerosas excepciones y de que soy consciente que conforme vayas leyendo irás negando lo evidente.
Los hombres solemos enamorarnos de nuestras prendas, sobre todo especialmente de algunas de ellas, de las que nos cuesta desprendernos. No nos damos cuenta.
Hay muchas marcas que lo saben, sobre todo las marcas de alta gama, que ponen a disposición de sus clientes masculinos servicios de reparación de prendas a sabiendas de este hecho.
Con la ropa, los chicos solemos seguir las mismas conductas y hábitos
Cuando encontramos esa prenda que es cómoda, nos hace sentir bien y la percibimos como un elemento fundamental comienza una relación de largo plazo. Como se suele decir, hasta que dure. Es una especie de fidelización irracional, ya que incluso muchas veces no sabemos a ciencia cierta el motivo de ese amor que profesamos a la prenda.
La clave es que tendemos a entender las compras de moda como una inversión y es más, la sensación aumenta conforme el precio que pagamos por la prenda es de mayor cuantía.
Hay que tener en cuenta que todo cambia y que la aparición de muchas marcas low cost y de pronto moda hace que generacionalmente el comportamiento mute hacia otros derroteros, pero todavía está muy vigente el planteamiento inicial que hemos expuesto.
Si eres chico, o si eres chica y piensas en tu pareja, ¿no recuerdas algunos zapatos, zapatillas, camiseta, polo, chaqueta,… que resulte indispensable e indisoluble pase lo que pase y sea cuando sea?
Bueno, curiosidades… a tener en cuenta!
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