Un nuevo concepto para engrosar las opciones que nos hagan pensar en propuestas de mercado interesantes: La reciprocidad y su papel en la estrategia de marketing.
La reciprocidad es, en su definición original, la manera más común de intercambio en sociedades cuya economía prescinde de mercado, es decir, que no producen, venden o compran bienes o servicios.
En un lenguaje más llano, podríamos decir que es una especie de «tu me das y yo te doy», aunque no tiene por qué tener carácter de obligación.
Un importante papel de este concepto en la estrategia de marketing es generar la atracción del consumidor, para a partir de ahí poder facilitar a la marca la generación de relaciones sólidas con los mismos, que incrementen su lealtad.
Para lograr que el consumidor preste atención a aquello que quiere transmitirle una marca hay que empezar por aportarle valor percibido: debemos pensar en qué le podemos aportar que no le aportan otras marcas.
La reciprocidad precisa de confianza, para generar con el tiempo lograr el objetivo deseado, pues es un concepto que para que funcione necesita del largo plazo.
Además, habremos de diseñar herramientas que nos permitan mantener ese nivel de confianza, como por ejemplo, introducir a otra posible marca aliada complementaria, con la que podamos profundizar en la relación a tres y entablar un ecosistema de flujo donde el consumidor se sienta realmente cómodo.
También es muy interesante mantener constantemente informado al consumidor, convirtiéndonos en una fuente de información recurrente y fiable para el, lo que redundará en mayor construcción de la confianza y de la credibilidad.
Como ya vimos en este post anterior que te recomiendo leer, cumplir la promesa de marca es fundamental, ya que esa promesa es precisamente la base estratégica de la generación de confianza, que a su vez sustenta al concepto de reciprocidad.
Photo credit: rw