La sensación de que el tiempo pasa más deprisa de adulto

Te hago una pregunta y me dirás, seguramente, un sí rotundo: ¿tienes la sensación de que el tiempo pasa más deprisa de adulto?

Recuerdo haber escuchado de pequeño esta advertencia por parte de algunas personas adultas de mi entorno, pero cuando no eres todavía adulto no llegas a entender este tipo de intangibles.

Ahora, siendo consciente de muchas cosas, se entiende perfectamente esta sensación. Nuestra percepción del tiempo es relativa, es decir, ubicamos el tiempo que empleamos con diferentes niveles de consciencia cuando somos niños que cuando somos adultos.

El comportamiento rutinario hace que la dimensión temporal se reduzca. De pequeños, el número de novedades que captamos es muy superior al número de novedades que percibimos de adultos, ya que todo se hace mucho mas familiar.

¿Un ejemplo? Los lunes tenemos la sensación de lunes, los martes de martes, etc. Los eneros, tenemos la sensación de eneros, los febreros tenemos la sensación de febreros, etc.

La sensación de que el tiempo pasa más deprisa de adulto
La sensación de que el tiempo pasa más deprisa de adulto

Mientras, de pequeños, solíamos preguntar cosas como ¿mañana hay cole?. Esto indicaba que no éramos conscientes de en qué día nos encontrábamos, no marcábamos las referencias de forma tan acusada y por tanto la relatividad nos confundía.

Solemos medir el tiempo en función de lo que denominamos “primeras ocasiones”, es decir, piensa en tus recuerdos: primer día de cole, primer amigo, primera casa, etc. Tras esas «primeras ocasiones», las segundas son menos sorprendentes, en general.

Recuerda: antes un verano duraba una eternidad. Ahora, cada periodo estival es comparado con los anteriores, tenemos expectativas basadas en las experiencias pasadas y todo cambia.

Hace poco, en un post anterior en el que hablaba del concepto mindfulness, también llamado conciencia plena. Precisamente el efecto que genera esta técnica hace que seamos más conscientes del momento presente, lo que hace que percibamos el tiempo de manera más lenta.

Por contra, en situaciones de estrés o presión, por ejemplo cuando estamos de lleno en un trabajo crucial o nos enfrentamos a algún examen clave, el tiempo parece volar.

Sin duda, un concepto tremendamente interesante sobre nuestro comportamiento, para pensar qué rol puede jugar en cualquier estrategia de marketing.

Photo credit: MFS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información base sobre privacidad:
- Responsable: Francisco Torreblanca (fran@franciscotorreblanca.es)
- Fin del tratamiento: Moderación de comentarios para evitar spam
- Legitimación: Tu consentimiento
- Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal
- Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido

Comparte este artículo

LinkedIn
Twitter
Facebook
Email
WhatsApp