Como prometí en el post anterior, hoy voy a hablaros sobre Las mil y una noches en el marketing. Se trata una gran recopilación medieval en lengua árabe de cuentos tradicionales del Oriente Medio.
El concepto mil y una traspasa el infinito, ya que el número 1000 representa la infinidad conceptual entre los grupos matemáticos árabes.
Los relatos que componen la obra surgen uno del otro, es decir, de forma sucesiva. Es un concepto que me apasiona, pues posee la mayor sutileza a la vez que la mayor complicación. Pura magia. Al narrarse un capítulo de pronto surge otro de forma encadenada que va haciendo que sucesivamente se vayan finalizando los relatos anteriores.
Por extensión, no voy a contaros el origen sobre cómo la gran protagonista de Las mil y una noches, Sherezade, se ofrece como esposa de un sultán para evitar que éste tome una decisión trascendental.
Su plan es captar la atención del sultán, noche tras noche, con historias cautivadoras que mantienen la intensidad y la incertidumbre hasta el final, para pasar a encadenar con una nueva que tendrá desarrollo en la siguiente noche.
El sultán queda entusiasmado con los relatos y Sherezade consigue el objetivo con historias muy diferentes entre sí, combinando las historias de amor, con las tragedias, las situaciones divertidas y cómicas, parodias o leyendas.
Algunas de las historias más famosas de Sherezade son tan conocidas como como Aladino y la lámpara maravillosa, Simbad el marino o Alí Babá y los cuarenta ladrones.
Hasta ahora hemos visto a una protagonista que usa una técnica creativa como la exageración (mil y una noches) para crear un storytelling encadenado y diverso, que provoca la atención del público objetivo (en este caso el Sultán), genera su interés, promueve su deseo y le incita a la acción (en este caso querer saber más gracias a la incertidumbre generada y que de forma indirecta le lleva a posponer esa decisión tan dolorosa que se narra en el inicio del libro). Algo así como el método AIDA.
Además vemos otras técnicas creativas, como la combinación (de historias que se encadenan) o la reordenación (una historia da lugar a otra y al final de la primera, de forma sucesiva). Me hace pensar en mi querido pensamiento lateral.
Para finalizar, invitarte a que si no has leído esta maravilla lo hagas. Yo de hecho voy a repetirla de nuevo y no es la primera vez que lo hago, pues es un libro que evoluciona conforme lo relees en función de la etapa de tu vida en la que lo haces, al igual que El Principito.
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