Puede parecerte curioso que hablemos en el post sobre los celos y su papel en la estrategia de marketing.
Entendemos por celos aquella respuesta emocional originada cuando alguien percibe una amenaza hacia algo que considera como propio.
Es muy común en las relaciones de pareja, significando una especie de sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona a quien se ama preste atención a cualquier otra. También son muy comunes cuando un/a hijo/a ve la futura llegada de un/a hermano/a.
Otra vertiente de los celos haría alusión al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona. Para un enfoque hacia el marketing, vamos a centrarnos en este último planteamiento.
¿Es posible que una marca pueda trabajar este concepto para su estrategia de marketing? Por supuesto que si.
Algún enfoque interesante puede ser:
- Que los usuarios fieles a otra marca competidora puedan ser protagonistas y sentir que pueden causar celos a éstas. Este planteamiento seguramente nos da para jugar y mucho. Jugar es uno de los elementos más interesantes para el público.
- Que los usuarios fieles a otra marca competidora puedan generarse celos entre ellos al usar, probar o atreverse con la nuestra. Más juego si cabe.
- Que podamos plantear una propuesta «fantasma» que haga pensar a los usuarios fieles a otra marca competidora que pasaría si la aceptan y se anticipan a otros usuarios. Alto riesgo, pero puro marketing.
Hemos de pensar que para provocar los celos debemos de tener perfectamente identificadas las variables a trabajar, que básicamente son nuestra marca, la marca o marcas competidoras y aquellos usuarios que nos interesan, fieles a otra marca.
Respecto a los grupos de público que no tienen por qué ser fieles a ninguna marca, podemos pensar en cómo hacerles también protagonistas con el uso de nuestra propuesta y que actúen como altavoz ante el resto de oferta competitiva.
En resumen, un concepto que nos puede dar mucho pero que mucho juego en el proceso de marketing.
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