Continuamos con la serie de post dedicada a las falacias en el marketing: argumentum verbosium o argumento por verbosidad.
En esta ocasión, vamos con un nuevo tipo de falacia informal:
Argumentum verbosium o argumento por verbosidad
También denominado argumento por verbosidad o palabrería, sucede cuando un argumento es tan complejo, extenso y presentado de manera pobre por el ponente que la audiencia está obligada a creerlo asumiendo que es cierto.
Este hecho se produce con frecuencia para evitar el gasto de energía y tiempo, ya que la audiencia pasa de examinar los detalles.
Ejemplo aplicado al marketing:
Ante una conferencia vital ante nuevos compradores de productos, el director ejecutivo de la empresa propone al ponente, el director comercial, este planteamiento: «Si no puedes convencerles con tu brillantez, será mejor que los desconciertes con todos los detalles».
Os puedo asegurar (y además, probablemente lo hayáis comprobado en persona) que este tipo de falacia es muy común en el ámbito académico y también en los medios de comunicación.
Ejemplo aplicado al marketing: «Nuestro estudio de mercado es, seguro, mucho mejor que el de la competencia. El nuestro contiene casi 1000 páginas de trabajo documentado, mientras que el de ellos por lo que hemos podido comprobar es tan solo un pequeño informe»
En este caso, el número de páginas de un documento es un factor netamente subjetivo, no necesariamente relacionado directamente con la calidad y validez del planteamiento desarrollado.
Ejemplo aplicado al marketing: «Ha sido la mejor presentación de todas las realizadas en la feria. Ha durado más de una hora, cuando el tiempo permitido era de tan solo 25 minutos»
Igualmente, la extensión en tiempo no indica necesariamente que le trabajo expuesto sea mejor, incluso seguramente lo que conseguirá será el agotamiento de la audiencia.
Como se suele decir, «lo breve, si bueno, dos veces bueno». La capacidad de síntesis es fundamental en lo profesional y en la actualidad todavía más.
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