Motivos para hacer feliz a alguien

Hoy arranco con una de esa reflexiones tan mías, de las que alguna vez he dejado algún detalle en otros post: Motivos para hacer feliz a alguien. Hace poco menos de un año escribía este otro post, Haz feliz a alguien. Hoy te doy los motivos.

Sobre todo, por lo poco que cuesta, en la mayoría de los casos, hacer feliz a alguien es algo especial, impagable, a la vez que accesible y más fácil de lo que pensamos.

Siempre parto del principio de hacer de lo ordinario algo extraordinario, ya que todos tenemos demasiadas cosas que hacer, vamos a tope, estamos muy liados… pero, ¿es posible sacar un poco de tiempo para hacer feliz a alguien? Si, rotundamente, si.

La gente ama a la gente. ¿A quién amas tu? No solamente me estoy refiriendo a una pareja, que también. Amamos a hermanos, amigos, compañeros, incluso podemos amar a clientes. No quiero que malinterpretemos. Amar significa otorgar la importancia necesaria a aquellas personas con las que convives y son importante para tí por lo que te aportan.

Hacer feliz a alguien es maravilloso

Para empezar a pensar en ello, recuerda que los pequeños detalles marcan la diferencia. Siempre. Y esos pequeños detalles pueden ser cuestión de poco tiempo a la hora de pensar y ejecutar.

El simple hecho de que esa persona con la que quieres tener un detalle para hacerla feliz piense que has invertido un poco de tu tiempo en ella ya es mucho. Ese inicio del proceso ya tiene mucho valor para esa persona, incluso puede que ese sea el principal valor.

El tiempo es quizás nuestro activo más valioso, por ser intangible y, sobre todo, irrecuperable. Esto es un golpe de realidad demasiado potente. Por tanto, imagina lo importante que es que dediquemos un mínimo de nuestro tiempo en sorprender a alguien.

Y viceversa, lo importante que es que pensemos en ese alguien que nos haya podido sorprender a nosotros y valoremos su inversión en tiempo y en detalle.

Me encantaría que tras leer todo esto te haya entrado el gusanillo en el estómago de hacer algo por alguien, por pequeño que sea. ¿Me lo contarás? Sería un maravilloso detalle. Un gran motivo para seguir creyendo.

Photo credit: Marylène Thériault