El branding es una de las principales materias cuando hablamos de marketing, ya que es el proceso que estratégicamente define o redefine a una marca. En este caso vamos a hablar de un aspecto muy curioso como el No Logo, la antítesis del branding.
Estamos acostumbrados, tanto marcas como consumidores, a identificar con una marca sobre todo a productos. Pero parece que en los últimos tiempos y en algunos mercados o segmentos esto está sufriendo algún tipo de cambio.
Desde la reducción de marca a la propia desaparición del logo en los productos. Cuando hablamos de reducción de marca nos referimos a que marcas como Springfield pasen a mostrarse como SPF, Mango como MNG, Mustang como MTNG o La Caixa como LKXA.
Una reciente tendencia deja entrever que entre los más jóvenes el logo de las marcas que consumen deja de tener un papel relevante, siendo este comportamiento mucho más acusado cuando hablamos de moda.
¿En qué se traduce esto? Es curioso, pero si hay un mayor consumo de moda de carácter No Logo en detrimento de moda que muestra el logo de la marca significa que habrá un diferencial del gasto notable. Ese diferencial se redistribuye hacia otras categorías como la tecnología o el ocio. Realmente interesante, pero no podemos generalizar.
Hay una mayor valoración de aquellas prendas de moda que aportan un valor diferencial a pesar de no mostrar su logotipo bien visible
Hay hambre de innovación en el nuevo consumidor y quizás hambre de disponer de prendas que hagan sentir único a su propietario, cosa a la puede ayudar el anonimato de la marca.
Hasta Coca Cola se ha permitido el lujo de realizar incursiones No Logo, eso si, manteniendo ciertos criterios de su inconfundible diseño que mantienen un nivel de recuerdo altísimo.
Quizás ahí esté la clave para que las marcas puedan afrontar esta tendencia: trabajar estratégicamente el estilo estético de la marca, para sugerir aspectos de su identidad en lugar de mostrar la evidencia del logo.
Este hecho obliga a las marcas a enfocar un nuevo branding, con mayor amplitud, que vaya más allá de la identidad gráfica de su logotipo y pueda generar escenarios de convivencia y de sugerencia de todo lo que la marca representa.
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2 comentarios
Ciertamente, lo más importante es la construcción de cualidades en torno a la marca, al producto mismo y lo que su sola mención evoca en el potencial consumidor.
Esta nueva tendencia confirma que lo importante no es tanto el nombre sino lo que logramos que éste transmita.
Estupendo post, con análisis realmente interesante. Justo venía pensando en el caso participar de Coca Cola y cómo reemplazan el logo con nombres como «familia» y «compartir». La estrategia no es sólo comunicar a través de imágenes, sino conseguir emociones a partir de ellas. Es un reto cada vez más complejo y desafiante…
Gracias por tu aportación Carlos, me alegra que así lo percibas. Saludos!