Hoy quiero hablaros de la deliciosa crema de cacao Nocilla y el arte de seducir por contenido y por continente.
Nocilla es una marca llena de nostalgia para muchos de nosotros, ya que nos ha acompañado desde nuestra infancia en momentos especiales y lo sigue haciendo.
Obviamente, todos los amantes de Nocilla hemos deseado en algún momento introducir nuestros dedos en el vaso y saborear tan delicioso manjar.
Sin duda, el contenido es objeto de deseo. Pero además, en el caso de Nocilla, el continente siempre ha jugado un rol determinante que ha acompañado con un equilibrio bien definido el peso del contenido.
El particular vaso de Nocilla siempre ha tenido un rol claro: un uso continuado con lo que es, un vaso, pero además ha tenido el gran acierto de ser coleccionable.
Coleccionable, si. Qué concepto tan maravilloso en marketing.
Coleccionar significa iniciar una secuencia de relaciones continuadas con un producto, por lo que aspectos como la fidelidad y el sentido de pertenencia hacen acto de presencia para convertir a la marca en objeto de deseo.
En los últimos tiempos, la marca sigue trabajando (quizás mejor que nunca) este concepto capaz de atrapar de una manera poderosa donde lo emocional fluye.
Funcionalidad en lo delicioso del contenido. Emocionalidad en lo seductor de su continente. Un equilibrio perfecto.
Desde vasos personalizables, a vasos ideados por diseñadores de prestigio, la marca pasa por muchas opciones simultáneas como tendencias o personajes de moda en dibujos animados o películas.
Un concepto que me ha encantado y que considero todo un acierto es la propuesta de los tres vasos de Nocilla que hacen alusión a los 3 Reyes Magos.
Pura coleccionabilidad y puro enfoque de deseo. Justamente ese enfoque que provoca que aunque no necesites o no tengas prevista su compra, lo poderoso del concepto te atrape y acabes comprando el pack para regalar a alguien a quien sabes que le va a encantar.
Cualquier enfoque basado en conjuntos numéricos (ver post sobre este concepto) que incitan a completar y poseer todos sus elementos garantiza prácticamente el éxito.
Bravo Nocilla. Una vez más has conseguido ser un ejemplo perfecto de la secuencia mágica: Estímulo, emoción, decisión y recuerdo.
Photo credit: NCC
