Decimoquinta entrada de la serie dedicada a los ODS, en la que estamos viendo de manera individual en qué consisten. Tras el ODS 14, Vida submarina, es turno del Objetivo de Desarrollo Sostenible: Vida de ecosistemas terrestres.
La pandemia originada por el coronavirus ha matizado la necesidad de abordar las amenazas a las que se enfrentan las especies silvestres y los ecosistemas. En 2016, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó de que un aumento mundial de las epidemias zoonóticas era motivo de preocupación. En concreto, indicó que el 75% de todas las enfermedades infecciosas nuevas en humanos son zoonóticas. También que dichas enfermedades están estrechamente relacionadas con la salud de los ecosistemas.
El COVID-19 ha marcado para el planeta su mayor alerta hasta la fecha, lo que indica que la humanidad debe cambiar. Sin duda, debemos reconstruir mejor, a través de una base científica más sólida, políticas que contribuyan a un planeta más sano y más inversiones verdes.
Objetivo de Desarrollo Sostenible 15: Vida de ecosistemas terrestres
La respuesta del PNUMA se ocupa de 4 áreas:
- Ayudar a las naciones a gestionar los desechos médicos de la pandemia originada por el coronavirus.
- Producir un cambio transformativo para la naturaleza y las personas.
- Trabajar para garantizar que los paquetes de recuperación económica creen resiliencia para crisis futuras.
- Modernizar la gobernanza ambiental a nivel mundial.
Para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas de todo el mundo, las Naciones Unidas han declarado la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030). Se trata de una respuesta coordinada a nivel internacional ante la pérdida y degradación de los hábitats. Ésta se centrará en desarrollar la voluntad y la capacidad políticas para restaurar la relación de los seres humanos con la naturaleza.
De igual manera, se trata de una respuesta directa al aviso de la ciencia, tal y como se expresa en el Informe especial sobre cambio climático y tierra del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Una respuesta a las decisiones adoptadas por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas en las convenciones de Río sobre cambio climático y biodiversidad y a la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación.
Se sigue trabajando en un nuevo y ambicioso Marco mundial de diversidad biológica posterior a 2020. Mientras el planeta responde a la actual pandemia y se recupera de ella. Por ello, necesitará un plan sólido destinado a la protección de la naturaleza, de manera que la naturaleza pueda proteger a la humanidad.
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