Packaging impulsivo de productos enfocados a niños

El packaging impulsivo de productos enfocados a niños es una herramienta de marketing poderosísima. Basta con plantarte en cualquier lineal de cualquier supermercado durante unos pocos minutos, esperar a que pase un niño con sus padres y… contemplar la escena.

¿A qué productos me estoy refiriendo? Agua mineral con el envase tuneado con los personajes de dibujos animados de moda, cajas de cereales igualmente decoradas, yogures, zumos, cajas de galletas, etc.

¿Qué más da en este caso el contenido del producto? La victoria de lo emocional de su continente (packaging) está asegurada frente a la propuesta funcional del contenido.

Te refresco este post anterior para complementar información, sobre la dicotomía entre padres e hijos desde el punto de vista de la estrategia de marketing.

El impulso emocional de los personajes favoritos en el packaging produce un efecto mágico en los niños, que automáticamente quieren el producto sin mucho más razonamiento.

Si además, se ha trabajado hábilmente por parte de la marca un efecto «coleccionable» y la ubicación del producto se sitúa estratégicamente a la altura de los ojos de los más pequeños estamos ante auténticas obras maestras.

¿Más elementos para seducirles? Colores llamativos, un aspecto apetecible del producto interno mostrado en el packaging o un tamaño adecuado dejarán todo el camino recorrido para provocar la mejor reacción de deseo posible.

Ahora bien, vamos a contar con el «cabreo» de los padres, que son quienes va a tener que pagar por la compra de estos productos.

Para minimizar este dolor la marca puede proponer algún aspecto extra, como por ejemplo que sea un producto libre de azúcares o de otro tipo de elemento que cuide la alimentación del niño, que funcionalmente por su tamaño y forma tenga pensado ciertos momentos de uso (como por ejemplo el almuerzo del cole) o que exista alguna causa o propósito social en el que se colabore.

Cuéntame experiencias que hayas vivido!

Photo credit: elbloginfantil