Tercera entrada de la serie de posts enfocada en 6 patrones de consumo para ideas de negocio. Tras el segundo de ellos, la convergencia, es turno de la reducción.
Definición de reducción
Nos referimos a quitar todo aquello innecesario en una propuesta. Hablamos de los simple, lo sencillo, lo esencial. Por tanto, se practica la eliminación para no contar con elementos innecesarios que no aporten valor.
De este modo, aludimos al principio «menos es más«. No se trata únicamente de reducir los costes de un producto o servicio, que también, sino de afinar la parte más efectiva de una idea.
A la hora de efectuar un proceso de reducción, debemos examinar detenidamente qué aspectos son realmente los que pueden ser eliminados. Su ausencia nos puede aportar una ventaja directa o bien, ser reemplazados por otros.
El exceso de oferta hace muy compleja la toma de decisiones
En este sentido, la reducción se plantea como un elemento estratégico que favorece la toma de decisiones en un determinado grupo de consumidores. Obviamente, la segmentación es clave. Siempre habrá un grupo de usuarios que busque lo complejo y específico.
Pero debemos conocer si en nuestro enfoque de mercado tiene cabida la reducción para satisfacer a una parte de consumidores que buscan algo más sencillo.
Apple es un buen ejemplo de la estrategia de reducción
En los últimos años estamos viendo como productos estrella como iPhone lanzan versiones más reducidas, con menos funcionalidades. Eso si, manteniendo la calidad y la esencia de la marca.
Sin duda, hay un segmento de usuarios que puede entrar ahí, mientras que otros preferirán las versiones superiores de mayor funcionalidad y complejidad.
El reto es pensar si para nuestra marca en particular la reducción nos da una oportunidad de mercado. Será interesante ver la oportunidad
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