Hoy quiero hablaros de un apasionante punto de vista que puede ayudarnos mucho a entender e incluso a descubrir variables marketeras de un determinado lugar. Vemos las diferentes percepciones entre nativos y extranjeros.
Los nativos de un lugar poseen percepciones muy diferentes de su hábitat natural respecto de las que sienten quienes visitan dicho lugar y no pertenecen a el. Puede parecerte lógico, pero es un tema que no debemos dejar pasar por alto en marketing.
Los lugareños percibimos aquello que nos rodea bajo condiciones de costumbre. Sabemos que las cosas están ahí, donde siempre están, intuimos lo que puede llegar a ocurrir ante determinados hechos o momentos, conocemos la idiosincrasia del lugar y del comportamiento de las personas que lo habitan junto a nosotros y dotamos de cierto componente estático al entorno que nos rodea.
Sin embargo, cuando jugamos el papel de visitantes de otro lugar, percibimos inputs nuevos de forma constante. Tenemos la sensación de que todo es más dinámico y sentimos que lo imprevisible está a la vuelta de cualquier rincón.
Te cito este post anterior totalmente relacionado con este último párrafo: 5 tips por los que viajar te aporta visión marketera.
Qué interesante resulta el contraste de ambas sensaciones
Lo que perciben unos y lo que perciben otros, de un mismo lugar, de los mismos elementos que lo componen y del propio tiempo que transcurre en el.
Recuerdo que en los proyectos de marca ciudad en los que he tenido el privilegio de poder trabajar, este proceso ha resultado fundamental. Siempre nos ha aportado una información de tipo cualitativo absolutamente impresionante.
Para alguien de marketing, este tipo de contraste es pura motivación, te hace aprender, descubrir y ser consciente de cuan diferentes son los puntos de vista de las personas.
Nativos y extranjeros. Vaya dualidad más asombrosa y apetitosa.
Photo credit: Gaetano Virgallito
