Quinto post de la serie dedicada a la persuasión en el marketing: autoridad.
Vamos a hablar de la autoridad desde el punto de vista de la admiración y atención que profesamos a aquellas personas a las que consideramos como expertos en alguna temática específica.
Del mismo modo, también existen marcas que poseen este tipo de autoridad en algún ámbito concreto. De un modo u otro, estamos hablando de persuasión y también de niveles de influencia.
A mayor percepción como elemento de autoridad en una persona o marca, mayor impacto de la influencia de éstas hacia el público.
Por ejemplo, en el mundo del marketing siempre hemos escuchado que una autoridad mundial de la materia es Philip Kotler.
Desde bien pequeños todos hemos sentido este principio en casa, pues nos han ido enseñando el sentido de la obediencia bajo palabras, gestos, normas, etc.
Es una conducta que se va enlazando con otros entes externos cuando vamos creciendo, como por ejemplo los profesores, otros padres y madres, médicos, etc.
Cuando ya somos plenamente conscientes del entorno en el que nos movemos comenzamos a percibir el nivel más alto de experticia externa, en personas a las que consideramos referentes en algo o marcas que igualmente posicionamos como dominadoras en algo.
En productos y servicios, podemos ver sectores muy específicos en los que el principio de autoridad es una variable clave
Por ejemplo, en productos y servicios relacionados con el ámbito de la salud podemos ver muchas variantes en función de recomendaciones, otros usuarios que han probado y están satisfechos, médicos con alta reputación que prescriben, etc.
También ocurre en sectores profesionales como los abogados, los asesores o, por supuesto, el ámbito digital aplicado sobre todo a redes sociales (donde como sabes el concepto «gurú» circula desde hace mucho tiempo para asociarlo a quienes aparentemente tienen un manejo importante de las herramientas).
Photo credit: Bonnie Natko