Para explicar por qué lo negativo se impone a lo positivo en comunicación vamos a poner en escena un concepto denominado sesgo de negatividad.
Se trata de un fenómeno psicológico que hace que como individuos prestemos más atención y otorguemos mayor importancia a las experiencias negativas que a las positivas.
Los estímulos negativos son más llamativos y dominantes, siendo las respuestas a las amenazas o a aquello desagradable más rápidas e intensas que las respuestas a las oportunidades o a los placeres.
Todo ello provoca que en comunicación la información de índole negativa se procese con mayor preferencia que la positiva. Es curioso contemplar como los individuos hacemos un mayor esfuerzo en evitar las emociones negativas que en alcanzar las emociones positivas.

Esta bipolaridad entre lo bueno y lo malo también se decanta hacia lo negativo en cuanto a lo relacionado con los recuerdos
Nuestro cerebro quiere saber lo que ocurre e invierte más tiempo en intentar descubrir los motivos.
¿Quiénes conocen mejor que nadie estas directrices? Los periodistas. Analiza cualquier medio de comunicación y descubre el peso específico en porcentaje de noticias negativas y noticias positivas en un informativo, un periódico, la radio, etc. Bueno, creo que no es necesario que lo hagas, lo sabes de sobra, aunque si lo haces sentirás curiosidad por el reparto de porcentajes que descubrirás.
Estos motivos también tienen mucha relación con un post anterior escrito hace pocos días titulado La aversión a la pérdida en marketing, que te recomiendo leer.
Fíjate que interesante este otro hecho: descubrir algo negativo sobre alguien de tu entorno o incluso fuera de él tiene más fuerza e intensidad que descubrir algo positivo. Dicen sabiamente que una mala reputación es fácil de alcanzar y difícil de cambiar, mientras que una buena reputación es difícil de alcanzar y fácil de perder.
Muchos motivos para pensar, ¿no crees? Al menos, siendo consciente de ello podemos entender muchos por qués.
Photo credit: usbmodels


