Vivir una experiencia subacuática alojándote rodeado de la diversidad marítima es un auténtico privilegio, por lo que os traigo un nuevo protagonista para la sección productos singulares: Underwater Room at The Manta Hotel.
Un resort idílico para los amantes del buceo y de las profundidades del mar, situado en la Isla de Pemba (que forma parte del archipiélago de Zanzíbar, localizada cerca de la costa oriental de África, en aguas del océano Índico).
Sin duda, un diminuto paraíso de clima tropical cálido, donde reinan la tranquilidad y la belleza de los impresionantes escenarios paisajísticos allí ubicados.
The Manta Resort, es un soberbio hotel flotante de tres plantas, a unos 250 m de la orilla. De ellas, una es submarina (donde están las camas para dormir), otra está a la altura del agua y la última en altura (donde se encuentra un solarium).
Si nos imaginamos la planta sumergida, sus amplias ventanas se abren en todas las direcciones para contemplar el océano donde las criaturas marítimas hacen las delicias de la vista. Unas percepciones y unas sensaciones difíciles de replicar en otras situaciones de nuestras vidas, por lo que el momento se convierte en algo absolutamente insólito y privilegiado para el recuerdo.
Una vez mas, un caso espectacular de estrategia de unicidad: una única habitación por la que pujan con deseo muchos potenciales clientes llegados de todo el mundo para ser los únicos habitantes del hotel, pues solo hay disponible una habitación. Y vaya habitación!
La ley de la oferta y la demanda ejecuta salomónicamente su papel y la lista de espera el suyo: escasez, urgencia, ego, prohibición, envidia y otras tantas variables emocionales se dan cita en este embaucador concepto.
Turismo experiencial para quienes buscan revertir el proceso de lo indiferenciado. Está claro que hay que poder permitírselo, pero vamos a quedarnos con los elementos marketinianos del ejemplo con el fin de aprender.
Photo credit: URTMH
