Como aún quedan colores por explorar, sigo con esta particular serie con un nuevo protagonista para psicología del color en el marketing: violeta.
El color violeta tiene como origen la combinación del color rojo y del color azul, por lo que el resultado tiene esa doble vertiente significativa y con cualidades opuestas que vamos a ir descubriendo.
Se dice que es un color mágico y dependerá (como ocurre con otros colores) de su tonalidad, más o menos intensa. Un violeta claro tiene matices relajantes y calmantes, aunque un violeta oscuro posee tintes indicadores de egocentrismo, hambre de poder y materialismo.
La historia de la humanidad ha venido marcando una fuerte relación muy estrecha entre el color violeta y la teología. Todos recordamos las vestimentas de los obispos o la asociación a la penitencia que posee este color. Se dice que en la simbología cristiana el violeta se asocia con el concepto de humildad, lo que se contrapone con su matiz de poder.
La explicación que aportó la Iglesia fue que mientras los soberanos gobiernan mediante la imposición y la fuerza, la Iglesia lo hacen mediante la humildad.
En este color se funden conceptos masculinos y femeninos. Aquí hay mucho por descubrir. Este color transmite imaginación y erotismo. También se dice que de todos, es el color más induce al pecado, a la seducción y a la inmoralidad, pues incita al sexo como ninguno al influir supuestamente en nuestro estado de buen humor lo que potencia que se dispare el deseo.
Lo cierto es que muchos expertos en sexualidad lo recomiendan a la hora de ser protagonista en el entorno íntimo, tanto en paredes, como en muebles o hasta en las prendas de cama e íntimas (esto pruébalo).
Creo que es curioso que si hiciéramos una gran encuesta sobre el color favorito de las personas, el color violeta sería minoritario, a pesar de todo lo que sugiere y de lo poderoso de su simbología. Por algo forma parte del maravilloso arco iris.
Photo credit: thegiftsoflife
uhmmm!! me encanta ese color…
Un color guay!