Vamos a hablar acerca de un concepto íntimamente relacionado con lo emocional: qué es el marketing experiencial. Como ya hemos comentado en algunas ocasiones en los post de este blog, en la actualidad ya no nos basta solo con enfocarnos en la satisfacción de nuestros clientes o consumidores y es necesario ir más allá para pasar al plano de las emociones.
Muchas veces los excelentes aspectos técnicos de nuestros productos o la gran calidad de nuestros servicios no nos dejan ver la percepción real de nuestro target. Es muy probable que nuestros consumidores estén esperando de nuestra marca vivencias en forma de experiencias, independientemente de este plano técnico o cualitativo.
Las experiencias son capaces de generar conexiones emocionales entre marcas y consumidores, basándose en el juego sensorial. Ya sabemos el alcance potencial que tiene jugar con los sentidos si somos una marca. Está claro que podemos equivocarnos, pero pienso sinceramente que si no lo hacemos también en cierto modo nos estaremos equivocando.
El tipo de relación que podemos alcanzar con nuestro target gracias a permitirle experimentar gracias a nuestra marca es infinitamente más intenso que el alcanzado mediante una comunicación más tradicional y directa, de una sola vía (unidireccional).
Con el marketing experiencial buscamos diálogo (bidireccional)
No buscamos un diálogo efímero y puntual, sino emocional y permanente en el tiempo. Ese diálogo nos permitirá que se abran otros diálogos con otros consumidores provenientes de las recomendaciones de aquellos a los que hallamos seducido primero.
Por tanto, estamos ante dos escenarios bien distintos: uno más identificado con lo reactivo y otro más identificado con lo proactivo. Una vez más, se da un paseo por aquí esa frase que tanto me gusta: la eterna lucha entre la razón y la emoción.
Indicadores de lo funcional y lo racional en base a la propuesta de valor técnicamente perfecta o indicadores de lo emocional y lo irracional en base a la propuesta de valor sensorial y compartida.
Provocar la predisposición de nuestro target a escucharnos y a percibirnos como esa opción que sin saber exactamente por qué nos genera cosquilleo, buen rollo y ganas de hacer planes es muy OK.
Como ya sabes, las emociones nos hacen tomar decisiones. A por ello!
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