En este segundo post de la serie dedicada a tipos de segmentación, entramos a definir otra de las estrategias de segmentación de mercados: Hábitos de compra.
Entendemos por hábito de compra aquel comportamiento del consumidor con respecto a los puntos de venta, los desplazamientos, la frecuencia de compra, el momento de la compra y los tipos de productos o servicios que adquiere.
También debemos de tener en cuenta qué tipo de razones o motivaciones son las que le llevan a la decisión o elección de compra, así como las actitudes y opiniones que suele tener acerca de los puntos de venta, bien sean físicos o digitales.
El amplio conocimiento de los hábitos de compra de los consumidores nos permite generar paneles de conducta que nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones en nuestra oferta como marcas.
Debemos de tener en cuenta que los hábitos de compra varían de unas zonas a otras, pues los aspectos políticos, económicos, sociales, culturales, tecnológicos, medioambientales y legales, entre otros, afectan de manera directa a la conducta del consumidor.
De entre todos los productos y servicios, podemos descubrir que existen algunos de ellos cuyo hábito de compra es más proclive en los canales físicos, mientras que otros cada vez más son más a la tendencia de compra digital.
El precio es otro factor determinante, ya que una subida (sobre todo) o una bajada (menos probable) del precio de un producto o servicio puede darnos una información clave para seguir ejecutando el hábito de compra o no.
Como podemos observar, las variables que componen el marketing mix inciden de manera clara y evidente en el hábito de compra, pues también las propias características propias del producto o servicio y su forma de promocionarse van a ser decisivas para que el consumidor disponga del hábito o no.
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