Hoy arranco una nueva serie de post que trata sobre algún posible cambio en los hábitos de conducta: Sensación de vulnerabilidad inherente.
Sencillamente, la rutina diaria destierra el pensamiento de que en cualquier momento pueda pasar cualquier cosa.
Cuando esa cosa adquiere tal dimensión que no somos capaces de entenderla, el miedo se apodera de todos y cada uno de nosotros.
Es normal. Nuestro día a día nos lleva a un escenario mental en el que mas o menos creemos tener la mayoría de cosas bajo control.
Cuando estudié economía me enseñaron muy bien dos mundos económicos que poseen notables diferencias, aunque se complementan entre si.
Por un lado el entorno microeconómico, que es aquél en el que se dan factores que son en parte controlables por una empresa.
El otro lado viene dado por el entorno macroeconómico, que es aquél donde la empresa no puede controlar sus variables.
Os refresco dos post anteriores en los que os detallo mas cosas sobre ambos escenarios:
Qué es el microentorno y su papel en la estrategia de marketing (clic aquí para leer el post)
Qué es el macroentorno y su papel en la estrategia de marketing (clic aquí para leer el post)
Cambio en los hábitos de conducta: Sensación de vulnerabilidad inherente
Cuando ocurre algo que afecta a nuestro macroentorno y no podemos hacer nada mas que contemplar y adaptarnos a la situación tenemos sensación de vulnerabilidad.
Digo que es inherente porque es algo esencial y permanente en el ser humano por su naturaleza.
Quizás el momento actual nos haga a todos (o a una gran mayoría) ser mas responsables con el cuidado de lo que tenemos.
Puede que los movimientos de concienciación social en varios sentidos se potencien en los próximos años.
Esto actuará en detrimento de lo material, pasar pasar a lo inmaterial, en forma de comportamiento en parte mas espirituales.
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