Nos guste o no, lo queramos o no, la mayoría de nosotros pertenecemos a un grupo y sentimos la sensación de miedo al rechazo de nuestra tribu.
Definamos primero el concepto tribu, que hace alusión al entorno de personas al que pertenecemos. Ante nuestra tribu nos expresamos, desarrollamos vivencias y obtenemos experiencias positivas o negativas.
En una tribu podemos encontrar un ambiente acogedor por parte de sus miembros o al menos de la mayoría de ellos. O bien, por el contrario, podemos encontrarnos con un ambiente hostil en el que nos sintamos intimidados e incluso rechazados.
Ahí reside justamente el miedo, ese miedo al rechazo de nuestra tribu. Miedo a no pensar como piensa la mayoría, que puede estar influenciada por uno o varios líderes, miedo a no actuar como la mayoría o miedo a no saber o no poder encontrar nuestro lugar.
Influyen muchos factores, entre los que podemos encontrar factores sociales, de comportamiento, religiosos, económicos, etc.
A nivel de consumo, este miedo al rechazo que pueden sentir los consumidores respecto a su tribu es un paradigma interesantísimo para la óptica del marketing.
Como humanos, tenemos inquietudes que nos llevan a pasarlo mal en determinados momentos y frente a determinadas tribus. Porque es importante saber que podemos pertenecer en diferentes momentos a diferentes tribus.
¿Ejemplos? En el instituto, en nuestro equipo de fútbol, en la academia de danza, en nuestro trabajo, en el colegio de nuestros hijos, en nuestra comunidad de vecinos, etc.
Desde el punto de vista de una marca, enfocar a los diferentes tipos de tribus a los que se puede enfrentar supone ir un paso por delante. Si en ese análisis la marca es capaz de identificar los principales miedos de exclusión que pueden sentir los integrantes de dichas tribus, el plano estratégico que se puede crear puede tener grandes posibilidades de éxito.
Photo credit: Roland Marconi