Sobre los autoexpertos y autoespecialistas

Hoy quiero hablaros sobre los autoexpertos y autoespecialistas. Aquellos quienes se autoproclaman expertos de algo o especialistas de algo. Ante todo, mi máximo respeto por todos y cada uno de ellos, pues cada cual puede hacer lo que mejor crea, solo pretendo que pensemos hacia dónde vamos y qué queremos ser.

Sabes que hoy podemos encontrar montones de personas, profesionales o no, que se adjudican a si mismos el rol de experto en alguna materia o el rol de especialista en alguna materia.

Sabes también que hoy puedes considerarte el mayor de los expertos o el mejor de los especialistas si así lo consideras, pero debes saber también que puede que mañana te conviertas en el más absoluto de los analfabetos en tu materia. Todo cambia demasiado deprisa y ese ritmo frenético nos obliga a creer y actuar de forma que cada día podamos seguir aprendiendo, mejorando, dando lo mejor de nosotros mismos, superando nuestros niveles y descubriendo nuevos retos.

Mi consejo: deja que sea el mundo quien te diga cómo te ve

Y si el mundo te ve como experto o especialista en algo te daré el segundo consejo: huye de los elogios, aprende de las críticas.

Nunca te creas nada que no eres. Pero, ¿quién soy yo para darte ningún consejo? Absolutamente nadie. Te pido disculpas por ofrecerte estos consejos sin que me los hayas pedido.

No me gusta ninguna de esas dos palabras, ni experto ni especialista. Si acaso las usaría solo para definir algo. Experto o especialista en esfuerzo, pasión, alegría, querer hacer, querer descubrir, querer aprender… y aún así me daría reparo usarlas.

Insisto. Pido respeto para quien se autodenomina así, porque tendrá su motivo y puede que sea una manera de autoexigencia diaria. No interpretes esto como ninguna crítica, pues todos somos objeto de la crítica. Me gusta reflexionar y ahora, gracias a la red, puedo hacerlo en voz alta desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Photo credit: Manteresting