Solo perdemos de un punto, podemos ganar el partido

Hoy os traigo a un invitado como Guest Blogger, Óscar Yebra Su post se titula «Solo perdemos de un punto, podemos ganar el partido».

Me hace especial ilusión, pues ya fue protagonista en la sección Personas únicas: Óscar Yebra.

Óscar Yebra ha sido jugador profesional de baloncesto, acumulando más de 20 temporadas compitiendo en las diferentes ligas de basket, como la liga española, la francesa y la iraní.

Óscar también ha formado parte de la Selección Española absoluta de baloncesto que disputó los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004.

En la actualidad, desarrolla su actividad profesional como conferenciante, consultor y formador, con especialización en relaciones y procesos internos en equipos de alto rendimiento.

Para mí, una persona increíble a la que me encanta escuchar.

Os dejo con el post, para aprender y disfrutarlo!

Solo perdemos de un punto

No puedo evitarlo. Soy deportista, siempre lo seré, y por eso tiendo a interpretar la realidad que me rodea en términos deportivos.

Está siendo una gran herramienta este traductor personal para no perderme en los acontecimientos que nos está tocando vivir.

O por lo menos para ayudarme a diario a buscar en mi mochila de experiencias las claves para mantener la mentalidad del “rookie” que vive ilusionado por lo que el futuro le deparará.

Haciendo uso de nuevo de él, en esta ocasión dejarme que compare el momento actual de nuestra sociedad.

También con los rigores que la economía ha provocado en todos nosotros, con un partido para poder compartir lo siguiente.

Según un artículo de la web Scientific American importa y mucho nuestra percepción de las posibilidades que tenemos de “ganar el partido” en el descanso a la hora del resultado final.

Solo perdemos de un punto, podemos ganar el partido
Solo perdemos de un punto, podemos ganar el partido

Solo perdemos de un punto, podemos ganar el partido

De este modo, se plantean tres posibles escenarios que pueden ser decisivos en nuestra actuación dependiendo de la diferencia de puntos al descanso.

Resulta que si ganamos por una abultada diferencia corremos el riesgo de dormirnos en los laureles y relajarnos en exceso, favoreciendo la remontada e incluso la derrota.

Si por el contrario, perdemos de paliza, nuestra motivación para la lucha se resiente porque no vemos que realmente lo podamos conseguir. Mejor dejar que pase el tiempo.

Pero sin embargo, y aquí está lo interesante, aunque perdamos, si es por una mínima diferencia, se darán todos los condicionantes para acabar llevándonos la victoria.

Esta creencia en la victoria cercana, en nuestras posibilidades reales de conseguir el objetivo, en que seguimos vivos y que todo sigue dependiendo de nosotros mismos, es lo que nos mueve a dar el máximo.

No importa el pasado, pensaremos siempre en positivo y nos liberaremos del miedo a perder.

¿Cuántas empresas, cuántos de nosotros hemos visto cómo resultados positivos o negativos inmediatamente anteriores han condicionado todo lo que sucedía a continuación?

¿Pensar que ya lo teníamos todo controlado, o bien que ya no había nada que hacer y que por eso no tenía sentido seguir adelante? ¿Que ya estaba todo perdido?

Ahora bien, tras leer dicho artículo y plantear el paralelismo en mi cabeza, me pregunto algo.

¿Y si a partir de este momento adoptáramos el empuje y el nivel de creencia en la victoria que nos invadiría si pensáramos que “solo perdemos de un punto” cada día de nuestras vidas?

Cada jornada laboral, y sobre todo, cada minuto de esos días en los que no quieres ni seguir jugando el partido.

Mis experiencias en el deporte, en tantos vestuarios en los que sentí el poder de motivación de esa creencia en el equipo al salir de nuevo al campo, validan totalmente la utilidad de esta idea.

Piensa en que “solo pierdes de un punto” y verás cómo afecta de forma sorprendente a tu trabajo, a tu vida, y al control que ejerces voluntariamente sobre ellos.

Photo credit: skienghosts

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