Hoy os traigo un concepto que juega un rol determinante dentro del entorno competitivo: Stakeholders en el entorno y su papel en la estrategia de marketing.
Los stakeholder es un término que utilizamos para referirnos a que en las organizaciones (aquí quiero enfocar específicamente a las empresas) participan diversos grupos responsables además de sus propietarios.
Estos grupos a los que nos referimos son todas las personas, organizaciones y empresas que tienen interés en dicha empresa.
Ejemplos de stakeholders de una compañía serían: los empleados, los clientes, los proveedores de bienes y servicios, los proveedores de capital, la comunidad, y la sociedad entre las personas de mejor posición social.
Estos grupos representan al entorno interesado y en la estrategia de marketing resultan fundamentales, ya que afectan directa e indirectamente a nuestro entorno, por lo que deben ser considerados como un elemento clave en dicha planificación estratégica.
En este instante, te recomiendo la lectura de estos dos post anteriores, totalmente relacionados con la temática: Qué es el macroentorno y Qué es el microentorno.
La etimología del concepto stakeholder deriva del inglés, stake (apuesta) y holder (poseedor), por lo que podríamos decir que se refiere a cualquier persona o entidad que es afectada, para bien o para mal, por las actividades de una organización.
Entre los numerosos actores que conforman el universo stakeholder podemos encontrar mucha diversidad, como por ejemplo:
- Accionistas
- Asociaciones empresariales
- Asociaciones industriales
- Asociaciones profesionales
- Asociaciones vecinales
- Clientes
- Competidores
- Empleados
- Gobiernos nacionales
- Gobiernos locales
- Gobiernos provinciales
- Inversores
- Medios de comunicación
- ONGs
- Propietarios (dueños)
- Proveedores
- Sindicatos
- Familia
A la hora de realizar las primeras fases de un plan de marketing, una de las tareas más difíciles integrada en la parte de de análisis inicial es la detección de los stakeholders y la determinación del rol que juegan y van a jugar en la estrategia de marketing de la marca.
En ocasiones pueden favorecer los intereses de la marca y darle un sólido soporte, mientras que en otras ocasiones pueden ser el peor enemigo posible.
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