Técnicas de creatividad del marketing lateral: reordenación

Y ya alcanzamos el sexto post de la serie de 6 en las que hemos hablado de las 6 técnicas que forman el marketing lateral. Llega el turno de, para mi, otra de las más potentes técnicas de creatividad del marketing lateral: reordenación.

La reordenación es sin duda la técnica del marketing lateral más compleja y consiste en cambiar el orden de los factores dentro de un proceso establecido. Te recuerdo el foco puede ser un mercado o cualquiera de las variables del marketing mix: producto (o servicio), precio, distribución o promoción.

Reordenar sugiere provocar excelsamente, pues desde pequeños nos han enseñado a hacer muchas cosas de cierta manera y siempre bajo el mismo prisma. Esta técnica desmonta muchas creencias y nos invita a pensar en cosas aparentemente imposibles. Pero ahí reside la magia del marketing lateral y de las técnicas de creatividad en general: convertir lo imposible en posible.

Se pueden reordenar elementos, posiciones de los elementos, roles de los elementos, otros procesos o acciones, etc.

Técnicas de creatividad del marketing lateral: reordenación
Técnicas de creatividad del marketing lateral: reordenación

Uno de los típicos ejemplos conocidos de la reordenación es la cámara digital

El proceso de la generación de la idea para crear este concepto parte de reordenar el proceso establecido hasta entonces: hacemos la fotos, revelamos las fotos y vemos las fotos. El problema era que el revelado te obligaba a pagar por todas ellas, sin discriminar cuáles eran buenas y cuáles no.

Tras reordenar, la secuencia quedó así: hacemos la fotos, vemos las fotos y después decidimos si revelamos (imprimimos en este caso) las fotos. Tras la idea, se aplica la tecnología para dar vida al nuevo producto. En su día fue una grandísima innovación para el mercado y los consumidores.

También funciona genial en una colaboración win-win-win entre establecimientos. Por ejemplo entre una floristería, una joyería y un restaurante, de cara a una fecha de celebración (tipo Día de San Valentín) en el que los 3 puntos de venta se alíen y generen una especie de recorrido en el que la sorpresa sería cambiar de lugar el producto o el servicio que uno espera encontrar en cada establecimiento.

También habría entonces un win-win entre la persona que obsequia a otra con este regalo, pues el regalador puede quedar genial y el regalado quedar gratamente sorprendido. Dale una vuelta tu mismo a esto para comprobar si tiene sentido.

Espero que os haya gustado esta serie de 6 post y al menos hayáis sacado una idea o pensado sobre ello.

Photo credit: QL

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