Vamos con el tercer post de esta serie de cinco referida a los sentidos hechos arte. En esta ocasión el protagonista es el tacto, con este post titulado Tocar como estrategia de marketing.
Como sabrás, en el mundo del marketing nos encontramos con productos y servicios. ¿Qué diferencia al marketing de producto del marketing de servicios? Principalmente la distancia que existe entre lo tangible y lo intangible. El tacto juega un papel trascendental en la relación entre marca y consumidor.
El producto puede tocarse, puede sentirse, puede ser concebido en forma física y espacial, lo que supone un gran atributo con el que poder jugar. Puede que te interese leer este post anterior relacionado: Envases y sentidos: neuropackaging.
El valor que nos aporta el tacto es brutal, pues nos ayuda a crear un vínculo funcional y emocional con el consumidor (siempre que sepamos manejar bien el equilibrio entre ambos atributos).
Tocar, como estrategia de marketing, aporta cercanía e incluso cierta dosis de intimidad
Resulta, sin duda, de tremenda importancia dentro del proceso de decisión de compra. Como sabes, nos movemos en una etapa de nuestras vidas donde lo táctil adquiere cada vez más protagonismo a la hora de comunicarnos.
La sensación de calidad percibida puede variar extraordinariamente gracias a las sensaciones táctiles que seamos capaces de dotar a nuestros productos. Jugar con las texturas es hoy más que nunca un gran motivo para nuestra relación emocional con el consumidor. Si a eso sumamos motivos generados gracias al resto de sentidos tendremos mucho ganado para la diferenciación que nos otorgue un posicionamiento único en mente y corazón.
Te recomiendo leer estos dos post anteriores relacionados: Qué es una lovemark (I) y Qué es una lovemark (II).
Pero el gran reto está en cómo aplicar el tacto en el marketing de servicios, dado que un servicio es altamente intangible. Si bien es complejo dotar de sensaciones táctiles a un servicio, si es cierto que podemos intentar minimizar esta carencia con la manera en cómo ofrecemos ese servicio. El contacto personal, el intentar plasmar la esencia del servicio en soportes físicos que nos complementen o el poder tangibilizar los resultados del servicio nos ayudarán a hacer que de algún modo se «toque» aquello que ofrecemos.
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