Estamos en un mercado con plena tendencia hacia la alimentación saludable y baja en muchos aspectos como las calorías, el azúcar, las grasas saturadas, etc. Hoy os traigo un ejemplo sobre las bajas calorías como estrategia de comunicación persuasiva.
Vamos a introducir este ejemplo a través de una empresa mexicana de merengues llamada Don’t Worry, cuya comunicación con su público objetivo está enfocada en la comparativa respecto a otros productos dulces para demostrar que su ventaja competitiva como producto muy bajo en calorías es mucho mejor opción.
Su producto estrella son los merengues y la marca presume de que apenas tienen aporte calórico. Lo interesante de la comparativa es que es sutil, pero a la vez que potencia el valor de su ventaja competitiva está maximizando la debilidad de las marcas competidoras directas precisamente por su mayor carga calórica.
En la imagen se puede observar un claro y directo ejemplo de comparativa respecto a otro producto dulce, en este caso un donut, frente al que destacan que una sola pieza de estas equivalen a 6 botes de merengues.
Bajo este tipo de comunicación persuasiva, Don´t Worry va desarrollando una labor educativa de largo plazo en sus consumidores objetivo ya que siempre se les intenta concienciar de la importancia del consumo de productos bajos en calorías.
Además, inciden en que los dulces son un típico producto de «antojo«, por lo que al «pecar» con ellos estamos consumiendo calorías que pueden ser innecesarias.
Ahí entra en juego la marca para proponer que Don’t Worry sería una especie de «antojo más sano». Realmente, estamos hablando de un concepto sano entrecomillado, pero hablando de carga colórica es evidente que la ingesta de las mismas es mucho menor.
Este tipo de comunicación va directamente a impactar en el sentimiento de culpa del consumidor, del que ya hablamos en este post anterior que os recomiendo leer: Impacto del sentimiento de culpa en algunos tipos de compra.
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