Ayer usé este ejemplo en mi ponencia en la Universidad Politécnica de Valencia, en la que hablaba sobre emociones. Gracias a Carlos Guerrero, que fue quien me lo descubrió, he incorporado este caso como hito creativo a mi colección y que para mi representa otro ejemplo irracional: Japicul, crema para tu culo.
¿La marca? Japicul. Su definición no me puede gustar más, pura creatividad, riesgo y acción. En sus propias palabras: Japicul es una crema corporal unisex diseñada especialmente para devolver a tus nalgas la dignidad que se merecen. Brutal no, lo siguiente.
Irracional, si. Para mí lo es. Porque no encuentro el motivo exacto por el que me flipa, porque me produce simpatía instantánea, porque me resulta tremendamente atractivo y sin conocerlo ni probarlo me apetece prescribirlo.
Japicul se ha creado con una alianza entre emprendedores asturianos, que forman parte de la agrupación COMPANGO
Se trata, según describen en su sitio web, de un proyecto piloto de carácter experimental en el que han desarrollado un nuevo concepto de marca y un producto orientado al gran público, con el objetivo de cuestionar los paradigmas habituales de la comunicación en la industria cosmética.
El proyecto se basa en la co-creación y en la cooperación empresarial con una única premisa: aportar diversión a la hora de trabajar y colaborar conjuntamente y provocar una divertida llamada de atención en los consumidores, que como sabes están hambrientos de emociones en la actualidad.
Cosmética artesanal, hecha sobre pedido, sin conservantes y con toda la frescura del propio producto y por supuesto de la comunicación picante y divertida, directa a la parte emocional del cerebro.
Una idea que refuerza la eterna lucha entre lo racional y lo emocional y que en función de cómo seas te atraerá, como a mí, o te hará pensar en que es una tontería más. Ojalá te atraiga como a mi. No os perdáis su video de presentación en la web.
Photo credit: Japicul