Tercera entrada de la nueva serie que trata 4 acciones clave para transformar tu marca personal. Miedos.
El miedo no es el enemigo, aunque casi siempre consideramos que lo es. ¿Qué tal si dejas de verlo con tal y pasas a contemplarlo como un poderoso elemento motivador?
Esta potente emoción primaria, nos mantiene seguros y protege nuestras emociones. Pero su verdadera fuerza radica ser un impulsor hacia aquellos logros que de otro modo no tendríamos en cuenta.
Cuando el miedo llega, nuestro sistema nervioso simpático entra en acción, provocando varias reacciones en nuestro sistema. Aumenta la presión arterial, al igual que la frecuencia cardíaca y la respiración. Si todo esto ocurre, será por algo. Nuestro cuerpo es sabio y nos prepara.
Todo esto nos prepara para luchar o huir. Si el miedo nos controla, aparece el peligro. Esto nos lleva a mecanismos de autocrítica y vergüenza. El miedo debe ser nuestro consejero, no nuestro dueño. Pero el objetivo no es eliminar el miedo, sino controlarlo.
¿Cómo dominamos el miedo?
Algunos buenos consejos para controlar el miedo son:
- Identifica tus objetivos y reconoce lo que el miedo te dice acerca de alcanzarlos.
- Detecta qué desencadena tu miedo, los síntomas físicos que te provoca y tus reacciones.
- Evitarlo dificulta la evaluación de riesgos y bloquea las experiencias de aprendizaje.
- No critiques ni reprimas tu miedo, abrázalo, el respeto y la compasión te ayudan a cuidar de ti mismo.
- Reflexiona sobre tu vida, observa los acontecimientos importantes y considera los patrones y temas. Esto te ayudará a evaluar la influencia del miedo desde manera más imparcial.
En el siguiente y último post de la serie, veremos la cuarta acción: Verdad.
Photo credit: NU