Cómo ayudar a los demás para ayudarte a ti mismo

Hoy os traigo a una invitada especial, Patricia Huerta, que nos trae el post titulado «Cómo ayudar a los demás para ayudarte a ti mismo».

Soy candidata al Máster de Dirección de Marketing y Comunicación empresarial de la Universitat Politècnica de València.

Patricia ha estudiado Traducción e Interpretación, materia que está complementando con otra bien distinta dentro del mundo del marketing.

Una decisión personal y profesional muy acertada porque le ha permitido encontrar algo que le entusiasma.

L encanta la globalización y el hecho de que todos estemos interconectados de una forma u otra.

Es por eso que los idiomas siempre le han resultado vitales para el buen desempeño de la actividad profesional.

Ha desarrollado numerosas experiencias internacionales, por ejemplo un año Erasmus en Plymouth (Inglaterra) e intercambios en Irlanda y Alemania.

Aunque hay una dimensión personal que va mas allá: le gusta el deporte, sobre todo el tenis, incluso llegó a competir en territorio regional.

La música es protagonista en mi día a día. En una ocasión cursó producción musical y, mas tarde, clases de guitarra.

Se declara cinéfila y las relaciones personales positivas juegan un papel muy importante en su vida.

En último lugar,  se considera un ser altamente creativo. Eso dice mucho de ella.

Esperamos que os guste el post y que resulte inspirador.

Cómo ayudar a los demás para ayudarte a ti mismo
Cómo ayudar a los demás para ayudarte a ti mismo

Cómo ayudar a los demás para ayudarte a ti mismo

Hay consenso sobre qué ingredientes son necesarios para alcanzar la felicidad: salud, amor y dinero.

Por salud se refiere a practicar una vida equilibrada a través del ejercicio y la dieta, entre otras pautas.

En segundo lugar, entran en escena la relaciones cercanas, bien pueden ser familiares, sociales o románticas.

En tercer lugar, es importante gozar de una buena estabilidad económica-financiera, ya que aporta seguridad.

Sin embargo, hay un cuarto elemento que, a mi juicio, es infravalorado a menudo.

Según la RAE, el altruismo es definido como «Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio». Y es que me hace feliz ayudar a otros.

Hay innumerables maneras de cooperar, aunque hoy me gustaría resaltar una: el voluntariado.

Cómo ayudar a los demás para ayudarte a ti mismo
Cómo ayudar a los demás para ayudarte a ti mismo

Cada uno puede encontrar el voluntariado que mejor se alinee con sus valores e intereses

En mi caso, me gustaría repasar tres. Durante el primer año de carrera, ayudé a traducir un documental que relataba cómo un bailarín con parálisis cerebral parcial brillaba como protagonista de una obra de teatro.

Posteriormente, el resto de voluntarios implicados y yo conocimos de primera mano al bailarín en Valencia. Nunca olvidaré su sonrisa al comprobar lo que habíamos hecho por su obra.

Esa cálida sensación fue lo que me motivó a seguir puesto que me di cuenta que son los pequeños gestos los que marcan la diferencia.

Dos años mas tarde tuve la oportunidad de colaborar en un mercado solidario de alimentos celebrado en Navidad en mi universidad.

Lo que me atrajo fue que todo lo recaudado (más de 400 euros) serviría para combatir la desnutrición infantil en África.

Es mas, recuerdo que una compañera, una bandeja de comida y yo recorrimos con fe ciega los alrededores de mi facultad.

De esta manera esperábamos captar más donaciones. No nos equivocamos porque reunimos una gran suma.

Por último, el mismo año una amiga y yo nos presentamos para contribuir en el desarrollo de la Maratón de Valencia de la Fundación Trinidad Alfonso.

Fueron dos días seguidos en los que vivía por y para la maratón. A pesar de ello, valió la pena.

Un viernes por la tarde me ocupé de cotejar los documentos de identidad de los corredores y, así, repartir los dorsales correctos.

El día siguiente me encontraba en un puesto de avituallamiento repartiendo bebidas isotónicas.

En resumen, cuando echo la vista atrás comparo el antes y el después.

Ser voluntaria cambió el prisma a través del cual percibía la vida, la cual había adquirido una luz especial.

Me hacía feliz ver la alegría ajena, además de que siempre deberíamos intentar mejorar lo que nos rodea.

En conclusión, si ayudar al prójimo proporciona un efecto balsámico en ambas partes, ¿por qué no hacerlo?

Photo credit: PH

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