Relación entre propósito de marca y promesa de marca

Las marcas que destacan son aquellas que logran crear conexiones auténticas y permanentes con sus audiencias. Dos conceptos clave para lograr este objetivo son el propósito de marca y la promesa de marca. A menudo confundidos o utilizados indistintamente, entender la relación entre ellos es fundamental para construir una identidad corporativa coherente y resonante.

El propósito de marca es el corazón y el alma de una empresa. Es la razón de ser que va más allá de los beneficios económicos y responde a la pregunta fundamental: ¿por qué existimos? Este propósito debe ser una fuerza impulsora que oriente todas las decisiones estratégicas y operativas de la empresa. Este compromiso ambiental define cada aspecto de su negocio, desde la producción hasta las iniciativas de responsabilidad social.

La promesa de marca, por otro lado, es el compromiso explícito que una empresa hace a sus clientes. Representa lo que los consumidores pueden esperar consistentemente cada vez que interactúan con la marca. Es una declaración tangible de valor, calidad y experiencia que la marca se compromete a cumplir.

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Relación entre propósito de marca y promesa de marca

La sinergia entre propósito y promesa

Para que una marca tenga éxito a largo plazo, es crucial que exista una alineación coherente entre su propósito y su promesa. El propósito de marca establece una visión inspiradora y de largo plazo, mientras que la promesa de marca asegura que esta visión se traduzca en experiencias concretas y consistentes para el cliente. Esta alineación crea una narrativa sólida y creíble que refuerza la identidad de la marca.

Imaginemos una marca cuyo propósito es mejorar la salud y el bienestar de sus consumidores, pero cuya promesa de marca se centra únicamente en ofrecer productos asequibles sin destacar la calidad o los beneficios para la salud. Esta disonancia puede generar confusión y desconfianza entre los consumidores. Por el contrario, cuando una marca como Apple articula un propósito centrado en la innovación y la creatividad, y cumple esta promesa a través de productos intuitivos y de alta calidad, se fortalece su reputación y lealtad del cliente.

Para integrar eficazmente el propósito y la promesa de marca, es vital que las empresas sigan una estrategia clara y coherente:

  1. Definición clara del propósito: Involucrar a todos los niveles de la organización para definir un propósito auténtico y significativo.
  2. Diseño de una promesa creíble: Asegurarse de que la promesa de marca sea alcanzable y esté alineada con el propósito.
  3. Comunicación transparente: Articular ambos elementos de manera clara y consistente en todas las plataformas y puntos de contacto.
  4. Acciones coherentes: Implementar prácticas empresariales que refuercen tanto el propósito como la promesa, desde el desarrollo de productos hasta la atención al cliente.
  5. Medición y ajuste: Evaluar regularmente el impacto y la percepción de la marca para ajustar y fortalecer la alineación entre propósito y promesa.

Sin duda, la relación entre el propósito de marca y la promesa de marca es fundamental para la construcción de una identidad corporativa fuerte y auténtica. Cuando estas dos dimensiones están en armonía, no solo se fortalece la reputación y la confianza del consumidor, sino que también se crea una base sólida para el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo. En un mercado saturado, las marcas que logran esta sinergia son las que realmente brillan y dejan una huella perdurable.

Photo credit: Pinterest

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