Para los marketinianos, la conducta del consumidor es un área demasiado jugosa. De ella depende prácticamente todo y analizarla es una necesidad. En esta nueva serie de posts, vamos a descubrir 6 patrones de consumo para ideas de negocio. El primero de ellos será la divergencia.
Definición de divergencia
Se entiende como la falta de acuerdo entre dos o más personas en un asunto concreto. En este sentido, se da una diversidad de opiniones, pareceres o criterios.
Personalmente, me encanta el término divergente. Significa no estar de acuerdo con lo establecido, cuestionarlo e incluir huir de ello. Por otro lado, es un manifiesto inequívoco de evolución y de innovación.
Para una marca, trabajar el concepto divergente es súper interesante, aunque obviamente hay un arduo camino en la creación de propuestas que logren enamorar al público.
Divergencia aplicada a patrones de consumo
Aludiendo al concepto de divergencia, el consumo se orientaría a mercados concretos. Es decir, aquellos donde los consumidores buscan las diferencias. Se trata de dirigirse a quienes buscan distinguirse de la mayoría bien como opción personal o bien por sus propias circunstancias.
Hablamos a un tipo de consumidor que huye de las tendencias y prefiere ir contra corriente, apostando por un estilo personal y auténtico. Estas dos variables son clave a la hora de desarrollar un producto o servicio enfocado en este perfil de público.
¿Qué segmentos de mercado son objetivo de un enfoque divergente?
Moda, ocio o creación de contenidos, entre otros, son algunos de los segmentos en los que mejores resultados se pueden obtener con esta estrategia.
Para ello, resulta interesante la manera en la que una marca debe «provocar» el interés por aportar al consumidor propuestas singulares e incluso personalizadas.
Photo credit: Karolina Grabowska