El tema elegido para el post de hoy es el efecto dominó y su papel en la estrategia de marketing.
También conocido como «pendiente resbaladiza«, el efecto dominó nos sugiere que una acción iniciará una cadena de sucesos que culminarán en un suceso posterior no deseado, sin establecer o cuantificar el alcance definitivo real.
Ese espectacular movimiento encadenado de las fichas de dominó derribándose entre si y llegando a tener un alcance ilimitado también sucede en el mundo del marketing.
El efecto dominó es capaz de crear una sensación en el público que actúa como efecto sorpresa, lo que provoca que el propio público esté deseando contárselo al resto del mundo, lo que desencadena precisamente dicho efecto.
Por ejemplo, imagina que nos encontramos sin esperarlo con que una marca de repente nos sorprende en plena calle con una acción.
Seamos o no seamos fans de la misma, seguramente que el hecho de haber vivido este imprevisto, si realmente nos ha sorprendido, sentiremos la necesidad de contarlo por cualquier vía de comunicación a nuestra disposición.
A partir de ahí, se desencadenará el comentado efecto dominó. Hoy, este efecto, es mas poderoso que nunca, pues los canales digitales son la herramienta perfecta para la divulgación de cualquier mensaje en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Para lo bueno y para lo malo, la velocidad de difusión de un mensaje hace que el entorno de cualquier marca se vuelta absolutamente impredecible. Estamos llenos de envolventes de incertidumbre.
El efecto dominó provoca un efecto de onda expansiva que puede ser capaz de modificar a toda una organización, a todo un sistema o a toda una sociedad.
Os recomiendo leer este post anterior titulado «El caos como detonante de la creatividad» en el que hablábamos de otro conocido y singular suceso: el efecto mariposa.
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