Capítulo 10 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (11).
Aparece la figura de un rey. Un rey tiene por misión reinar, pero no significa que deba imponer su autoridad. El rey es un líder, pero un buen líder no impone, sino que ofrece consenso, comparte, dialoga y, sobre todo, sabe tomar decisiones coherentes.
En las empresas siempre hay un rey. He conocido a unos cuantos. Unos imponían, otros consensuaban. Simplemente son dos estilos diferentes. Curiosamente he aprendido cosas de ambos tipos de rey en las empresas.
De los autoritarios me he fijado en por qué actuaban así
Si es por que les venía «de serie» en forma de herencia real de sus antecesores, si era por las características del entorno (tanto externo como interno) o si simplemente no sabían por qué actuaban así (quizás una escasa preparación te lleva a ello).
De los cercanos, que escuchaban, consensuaban, compartían y dialogaban me he fijado en si realmente su método era efectivo, en la reacción de las personas de su equipo, pero sobre todo, en la tremenda admiración de casi todos ellos le profesaban. Este tipo de líderes es capaz de parir muchos líderes como el, siempre y cuando la gente de su equipo sepa valorar a quien tienen como referencia.
El rey autoritario ordenará en su pequeño planeta, su empresa, siempre que le plazca, por cualquier cosa y motivo, no diferenciará lo nimio de lo importante, simplemente saciará su sed de mando por que su naturaleza lo pide.
El rey cercano tendrá incluso más poder que el rey autoritario, aunque a simple vista no lo parezca. No es fácil ser un rey cercano, corres muchos más riesgos que siendo autoritario, pero si he de elegir me quedo con el rey cercano.
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