Capítulo 5 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (6).
El pequeño libro está lleno de frases inquietantes. Aquí va otra de ellas: «Pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse».
Un concepto protagonista de excepción aparece de pronto en el capítulo: los baobabs. Se trata de que a partir de semillas «malas» crecen unos árboles gigantescos. Si pronto no se toma remedio y se arrancan sus raíces, los baobabs se apoderan de todo el espacio y después ya es demasiado tarde.
Cuantos baobabs tenemos en el mundo del marketing. Malas semillas que aportan malas cosechas o resultados inesperados. Partiendo desde la no aplicación del marketing en una empresa para aportar el valor que precisa su marca a la aplicación errónea de un proceso de marketing sin sentido.
Para evitar que crezcan los baobabs en el entorno de nuestra marca necesitamos, lo primero de todo, analizar el entorno
Y no solamente una vez, sino cada día, pues cada día el entorno muta, vive, cambia, nos sorprende. Demasiados actores habitan cualquier tipo de entorno: competidores, consumidores, gobiernos, economía, sociedad, cultura, leyes, etc.
Tener el entorno libre de baobabs significa ser conscientes de la importancia de que un buen proceso de marketing se basa en estar siempre atento a dicho entorno, pues como ya vimos en un post anterior el entorno actúa cual cubo de rubik y el movimiento de una de sus fichas provoca una reacción encadenada del resto de fichas.
Dicho de otro modo, dejar crecer a los malos hábitos sin prestarles atención y con pereza harán que a medio y largo plazo lo paguemos. Insisto, puede que para entonces ya sea demasiado tarde para limpiar la zona de baobabs.
Curioso este concepto. Me gusta.
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