Continuando con la serie comenzada en el post anterior sobre comportamiento del consumidor (en el que vimos al crossumer) hoy es el turno para el prosumer en la estrategia de marketing, con el que vamos a seguir destacando conocidas tipologías de consumidores y su papel en la relación actual con las marcas.
El concepto surge por la composición de los términos productor y consumidor, generando este conocido acrónimo dentro del mundo del marketing actual.
La idea del arquetipo prosumer nos proyecta a un consumidor capaz de ser productor por sí mismo gracias a la tecnología disponible. Un nivel de producción de todo tipo, como por ejemplo este blog, en el que hay una producción propia de contenidos que son divulgados gracias a una plataforma tecnológica y un vehículo como internet.
El consumidor prosumer puede alcanzar altos niveles de personalización al formar parte del proceso de producción
Este hecho pone de manifiesto la gran oportunidad para las marcas de aprovechar este tipo de comportamiento con el objetivo de detectar posibles tendencias emergentes.
El prosumer posee importantes niveles de exigencia, es decir, se busca mucho la vida. Por este motivo, a la hora de colaborar con un prosumer hemos de estar seguros de que va a jugar un rol importante y que no se va a limitar a ser un mero transmisor de información importante, sino que es en realidad lo que hemos comentado antes: un verdadero productor de contenido de interés.
Digamos que tienen cierto poder de influencia, sobre todo gracias a su sabio y especial manejo de los canales sociales. No lo confundas con un influencer (término que me gusta bien poco), pues no es lo mismo. El prosumer va más allá, puede que incluso no le importe el nivel de influencia, sino ver hecho realidad su sueño de crear junto a una marca o de manera solitaria. Eso es para mí un verdadero prosumer.
Photo credit: chil